Mol, life and so on

jueves, mayo 31, 2007

¡¡Viva la Blanca Polonia!!



Ayer, cuando volvíamos de nuestra expedición al Factory de Bormujos –donde servidor trataba de encontrar unos zapatos abotinados-, nos topamos con una estampa que nos dejó ojipláticos. La autovía que une este municipio con Sevilla capital estaba colapsada por quienes pasaron el festivo local en alguna playa de Huelva, y buena parte de las carreteras secundarias, cortadas al tráfico por mor de las carretas del Rocío, que tras varias jornadas de desmadre y presunta oración, volvían a sus puntos de origen.

De repente, mientras tratábamos de llegar a casa por una secundaria de las viejas viejas, Chema tuvo que pegar un ligero frenazo, pues el coche que nos precedía, y que estaba en medio de la calzada, tenía encendidas las luces de avería. Delante, un rociero superpijo ataviado con medalla de la Blanca Paloma, vaqueritos de marca y cinturón de piel blanco, había salido de su vehículo, el tercero en discordia, para charlar con el gordo con boina que conducía un todo terreno, cuarto implicado en esta historia. Insisto: todo esto, en medio de la calzada.

Ambos lucían un morenito considerable, gestado al sol marismeño durante varias jornadas de asueto, cánticos y buena vida. No se les veía preocupados. Nosotros, pobres inocentes, pensamos que o bien había una retención del carajo que no alcanzábamos a ver, o ambos se habían visto implicados en un accidente y estaban en los momentos previos a la cumplimentación del parte amistoso.

Pero no. De repente, cuando le salió de los huevos, el rociero superpijo se volvió a montar en su coche, elevó la aguja del velocímetro mucho más allá de donde recomienda la santa prudencia y atravesó Santiponce efectuando adelantamientos indebidos, y aliñados probablemente con fino y manzanilla. Por tanto, ni accidente ni retenciones: el chaval sintió la necesidad de coordinar su retorno almonteño con el compañero en medio de la carretera, cortó por su cuenta la circulación, y se paró donde le dio la gana. Que para eso es pijo y rociero, y estos días mandan ellos.

Odio el Rocío. Y lo odio, porque detesto la incoherencia brutal. Recuerdo un día, cuando Craso tenía pelo y yo también, que fuimos a la aldea almonteña para, entre otras cosas, visitar a un primo que hizo el camino forrado de pasta y con la hermandad de Coria. Ex policía municipal, es muy religioso y está metido en la parroquia hasta las trancas. Empezó a divagar sobre la conveniencia de prepararse para recibir la bendición de Su Santidad el día de Pentecostés, porque da indulgencia plenaria y así el beneficiario llega directamente al cielo.

Sin embargo, unos años después, el muy cabrón le pidió a su madre que pusiera el domicilio familiar a su nombre (curiosamente, una casa grande de pueblo en pleno centro y golosa como pocas para las inmobiliarias); cuando lo hizo, la ingresó de por vida en un asilo, donde se muere de pena sin ver a casi nadie. Pero eso sí, mi querido primo atesora una indulgencia de Su Santidad para darle con ella en las narices a Jesucristo si hubiera juicio final. Y si la legislación eclesiástica está de su parte (no sé cómo va eso), es posible que ni el mismísimo Hijo de la Macarena lo pueda empapelar. Ver para (no) creer.

Buena parte de mis clientes van al Rocío a dejarse los duros, a hacer relaciones públicas (y púbicas, I suppose) y a pasarlo en grande. En Sevilla, mucha gente pide préstamos personales para ir a la romería, pasándose entrampados el resto del año. Y aunque hay gente que acude de buena fe, también hay mucha tropa que se salta a la torera los principios evangélicos que en teoría alumbran todo el tinglao, pues caballo, manutención, trajes, alojamiento en temporada súper alta y carreta no están, precisamente, al alcance de cualquiera. En conclusión, detrás del simpecado va demasiada gente acomodada, que puede abandonar durante quince días su puesto de trabajo y gastarse un dineral en alabar a la Blanca Paloma. Y yo, que estoy hasta arriba de mierda, digo que más mierda no, gracias.

Pues sí: más mierda, sí. Hoy me levanto y mi amigo Quijote me informa de que la defensora del espectador de Polonia, gran país, no sabe si emitir los teletubbies puede representar una incitación a la homosexualidad. Claro que sí, con dos cojones. En un país gobernado por los gemelos Kaczynski, está muy bien vivir a la sombra de la corrupción y del Vaticano, pero no ir contra corriente. Incitar a la homosexualidad, así en etéreo, es tan malo o tan bueno como incitar a la heterosexualidad: a ver si se nos mete en la médula. Lo que quizá no sea igual de positivo es incitar al catolicismo: a enajenar la libertad y los bienes porque lo pide la Iglesia. Lo demás, son milongas.

Recuerdo cuando visité ese país en 2001. La gente se comportaba con los turistas siguiendo un doble rasero: si ibas de rico, te comían la polla. Si eras mochilero (mi caso), te hacían continuos gestos de desprecio Pero eso sí: las calles, llenas de pintadas alusivas a Jesucristo; y los domingos por la tarde, las iglesias estaban a punto de reventar. Todos los asistentes, con pinta de estar a dos cuartas del suelo, con los ojos cerrados y borrachos de éxtasis (sí, pues va a ser eso, jejeje).

Moraleja: sé borde, desprecia como un mal samaritano al turista pobre, no hagas el más mínimo esfuerzo por lograr que el forastero sienta un poco de calor de hogar, rechaza a los putos maricones, ojito no nos vayan a salir los niños ladeados… pero eso sí: el domingo, los hermanos Kaczynski, los ministros, la defensora del espectador y quienes desprecian a los turistas, todos juntitos a misa a pedirle perdón al Señor. Como mi primo, como los rocieros de pro.

Por tanto, ¿qué tienen en común la romería del Rocío y el gobierno y la anquilosada sociedad polaca? Mucho, me temo. Quién lo iba a decir. Supongo que ya falta menos para que veamos el simpecado de la Blanca Paloma transitando por las calles de Varsovia, en carreta de plata iluminada por candelabros de guardabrisa y tirada por un par de bueyes. Eso sí, tapaditos con sus buenos calzones, que no se le pueden mostrar los huevos a la Madre de Dios.

¡¡Ay, Dios mío!! Si existes, ¿para qué inventaste los rayos?

miércoles, mayo 23, 2007

Carlitos cumple 100 posts


Pues sí señor. Casi dos años después de empezar esta andadura, hemos llegado a los cien posts. Dice un amigo mío que cien posts unidos hacen un libro. Yo, de momento, sólo espero seguir contando con la complicidad de todos los amigos que me visitan. Cuando escribí el primer post, justo unos días antes de marcharme por segunda vez a Estambul, no pude ni imaginar que dos años más tarde acumularía experiencias, vivencias y sensaciones TAN agradables gracias a Mol, life and so on.

Eso sí, anuncio cambios... ya se sabe, renovarse o morir ;-)

Y de un modo muy especial, quiero dedicarle este hito a mi amigo Enis, que ha sido puente entre Carlitos Sublime y un montón de buenos amigos. Así que Enis: esto va por ti, con todo el cariño que te mereces.

Besos a todos

PD: Vulcano, mira que guapa está la Maricammen arreglá para mi centenar(io). Algún día la tenemos que ver con toquilla... Jajajaja...

jueves, mayo 17, 2007

Europolladas


Pues aquí estoy, con ganas de escribir… pero claro, le he soltado un rollazo en plan comments a unos cuantos blogueros que he visitado… y se me agotan los temas sin caer en la repetición más absoluta. Así que no sé de qué escribir…

Porque además, no me apetece divagar sobre la esencia de la vida o la tabla que Simone Martini pintó con el misterio de la Anunciación, ni contar lo que sentí cuando vi la fachada de Santa María Novella en Florencia, ni hablar de la amistad… ummm… me apetece algo más banal, más absurdo…

¿¿Absurdo??

¡¡Lo tengo!! ¡¡Lo tengo!! Escribiré sobre Eurovisión. Y más concretamente, sobre algunas de las letras que enviamos a nuestro más insigne y friki festival musical. Porque bueno, a mí los D’Nash, ni fu ni fa (salvo el de Cádiz, que está pa ponerle un dormitorio en Gerena), pero la puesta en escena estuvo bien. ¿Y la letra? Ohhhhh… qué grandeza. Eso que dice: “Ven hacia mí / como el escorpión / que mata por su vida”. Claro, claro, es un rasgo distintivo del escorpión. Porque al tigre de bengala, si te ve acercarte con una escopeta, le da por bailar El lago de los cisnes, y a continuación pide clemencia arrodillado…

Uy, y eso me recuerda la canción que llevó Rosa. Empieza así: “Estoy feliz de encontrarme hoy aquí / y no me preguntes más por qué”. Joía por culo arisca, ¿y quién te ha preguntao a ti nada, si acabas de empezar a cantar? “¿Y quién te ha dicho a ti?”, que repetiría el ex de todos los españoles… Tú estáte feliz por lo que te salga del mismo jopo, so guarrilla.

¿Y de Serafín Zubiri? Pobre chaval… va dos veces, y se pega dos leches (me ahorraré el chiste fácil cabrón). Pero claro, decir en 'Todo esto es la música' algo como “Todo lo bueno y lo malo de la vida / tiene sentido con la música” es poner de mala ralea al jurado, hombre. ¿Se te muere tu mujer pisoteada el primer día de rebajas? ¡Nada, a chuparla! Tú escucha Through the barricades, de Spandau Ballet, y le verás sentido. Igual que si te tocan 6 millones de euros en la Primitiva: en sí no tiene sentido, pero si suena algo de fondo, pues ya sí. Zubiri, Zubiri…

Aunque bueno, lo más grande que ha pasao por Eurovisión en su historia reciente, es Eva Santamaría con su simpar tema ‘Hombres’. Una catetorra gaditana que inundó de topicazos los televisores del viejo continente, con versos tan acertados como “Ellos son así / desde la prehistoriaaaaa” y alardes del retorismo tan de amor cortés como “Hombres y mujeres en la intimidad / son como dos faros en la oscuridad”. Por partes:

A) Hombre, algo hemos evolucionado desde la aludida prehistoria. A mí, por ejemplo, nunca me ha dado por arrastrar a una piva a una cueva y cepillármela sin piedad. Vale que no soy un buen ejemplo, pero…

B) ¿¿Como dos faros?? Así... ¿¿fosforescentes?? Yo, con sólo imaginarme que una parejita fofando se vuelva luminosa como las virgencitas de Lourdes, me entra de to. Creí que ese era un privilegio reservado a Gusiluz y señora, pero se ve que a la Santamaría también le pasa. Señor, qué susto…

y C). ¿A quién coño se le ocurrió mandar esto? Debió de ser al mismo que envió a las Ketchup con su ‘Bloody Mary’ para decir “Puedo ser de un barrio underground /pero mi corazón se te ha declarao duty free, duty free, duty freeeeee”. Yo, con la boca abierta y perplejo, pregunto: “¿Esoquejloqueé?” Porque no entiendo nada. Aunque claro, ese pareado tan magnífico de “la luna cambió de rumbo y me vi dando tumbos / buscando el ambiente frenéticamente” fue todo un guiño al 90% de los espectadores, que en más de una ocasión habrán (habremos) hecho eso mismo, como sabuesos, al llegar a una ciudad desconocida.

Pero Craso, que es machote (o eso parece), no lo pilló. Y claro, termina la soberbia actuación española, con sillitas giratorias mu chenchuale y tonos rojizos, y me envía un SMS que reza tal que así: “Un bloody nabo pa las cuatro”. Mierda. Poco más que añadir. Me cortó to el punto y yo le puse los cuernos a España apoyando a Dima Bilan: que por lo menos, también parece de los que busca el ambiente frenéticamente y le encanta a Dieguito, mi hijo adoptivo.
Y si no, siempre nos quedará Ucrania. ¡¡¡¡Dancing!!!!

jueves, mayo 10, 2007

...y colorín, colorado...


Recuerdo la primera vez que la vi. Ambos teníamos 14 años, una vida por delante, ilusión… y en el caso de ella, además, gafas de culo de botella, un aparato en los dientes y vestidos que recordaban su pasado, muy reciente aún, como estudiante en un colegio de monjas. Ahora pienso que hasta el David de Miguel Ángel, paradigma de la belleza, estuvo un día rodeado de andamios. Pero entonces no nos caímos bien, y opté más bien por un “¡qué se habrá creído, si encima es fea!”.

Poco a poco recortamos distancias. Puede que ella pensara que, además de burro, yo era un tipo noble. Y sin duda, mi cabecita loca me decía que pese al encontronazo inicial, merecía la pena tener a esa chica como amiga. Qué suerte tuve, esa vez no me equivoqué…

Tanto nos acercamos, que por mi parte nació el amor. Ella, cada vez más cisne que patito feo, nunca lo supo (de hecho, se está enterando ahora, mientras lee este post), pero ha sido una de las pocas mujeres con las que he soñado organizar mi vida. Lo que ocurre es que uno era gay (y lo sigue siendo, a mayor gloria del cielo), y mi amiga, que ya podía recibir ese calificativo con mayúsculas, no se merecía un pretendiente aficionado a las piernas de los futbolistas.

Recuerdo nuestras cartas de aquel verano de 1991, interminables, donde nos lo contábamos casi todo. Siempre ha sido así, al calor de un cafelito. Ambos tuvimos siempre una relación muy especial. Ella siempre ha sido “mi amiga”, una de las mejores que he fichado, una de las mejores personas que he tenido la suerte de conocer y de integrar en mi día a día. En mi vida.

También recuerdo cuando le conté “lo mío”. Fue de las primeras en enterarse, pues quise que fuera así. Caminábamos por el entorno de la Plaza Nueva, y cuando hablábamos de las dificultades con que se topa un joven en el amor y en el trabajo, le solté: “Pues imagínate cuando eres gay, como yo”. Lo encajó con una templanza envidiable. Tanto, que le pregunté: ¿Has oído lo que te he dicho? Respondió que sí, y que no le pillaba de sorpresa. A nadie de mi entorno le pilló a contrapié. Todavía me pregunto si es porque se nota mucho… ;-)

Eran tiempos en que ella se comía mucho el coco. Pensaba que jamás encontraría el amor, que la vida había sido dura con ella, que la luz al final del túnel era un privilegio reservado a una élite, a una minoría beneficiada por el destino de la que ella no formaba parte.

¡Qué cosas! En poco más de tres años, el destino, o la fortuna, o Dios, rememoraron aquella frase del Génesis: ¡Hágase la luz! Y la luz se hizo. Mi amiga encontró el amor tan buscado, aprobó sus oposiciones, se casó… ¿y fueron felices? Faltaba comer perdices: quería ser mamá. Y si las pruebas lo confirman, parece que el genio también concederá este deseo a finales de año. Ahora sí que podemos decir eso de “…y colorín, colorado…”

Se lo merecía. Mi amiga se merece todo lo bueno que le está pasando. Pero lo que más me gusta es que, al margen de lo que pueda deparar el futuro (¿quién lo sabe?), ella está aprovechando cada instante de un presente que tiene todo lo que ella buscaba. Lo posee, y lo disfruta. Ya, sin complicaciones innecesarias.
¿Qué creías, que a una rosa no le llega el turno de florecer? ¿Conoces alguna que se haya quedado a la mitad del camino? Entonces, ¿por qué iba a ser diferente contigo?

…no sabe tu bebé la suerte que tendrá de contar con una madre por la que hubiera perdido la cabeza el mismísimo Garcilaso…

Te quiero, Angélica. Profundamente.

jueves, mayo 03, 2007

Días intensos


No es fácil escribir cuando la morriña acecha. Hoy siento cansancio, apatía… no sé, creo que estoy un poco melancólico. Puede que jornadas como éstas que acaban de pasar pongan en evidencia a una vida, la mía, falta de chispa, de emoción, de cosas que rompan con la monotonía. Supongo que es un mal endémico, que uno ha de conformarse e incluso estar agradecido por lo mucho que tiene. Pero es lo que tienen las vacaciones tan cortas y tan intensas: ponen la miel en tus labios… y después te despiertan de un bofetón.

Para mí, los seis días pasados han sido muy especiales. Empezamos el viernes, yendo a la playa de Caños de Meca, en Cádiz, y sobre todo, dedicándonos Chema y yo el tiempo que nos merecemos. Hacía mucho que no descansábamos juntos, que no nos disfrutábamos, que no hablábamos. Y yo necesitaba un poco del bienestar que emana de las olas, del salitre, del olor a pino, de la paz interior y exterior… y de estar sin preocupaciones junto a la persona que quieres.

Fueron dos días preciosos. Pero había más. El lunes a mediodía me reencontré en la Alameda con mis amigos Mugalari y Ekiots, a los que conocí el jueves cenando en casa de Enis. Son dos chicos encantadores, de esa gente cercana, cabal y honesta que no siempre abunda. Allí mismo, tomando una cervecita en Las Columnas, conocí a mi admirado Vulcano y a su novio, Antinoo Libre.

Yo reconozco que a Vulcanito le tengo un cariño especial, por tanto no sería objetivo al describirlo. Me parece divertido, culto, buen conversador, muy sincero…. y ha aportado dos palabrejas a mi vocabulario que ahora me paso el día repitiendo: modenna y barroquismo, representado por unos cedés ahuyentapájaros colocados estratégicamente donde él y yo sabemos.

Antinoo, por su parte, es un chaval muy singular: para mí, es como un nene grande al que dan ganas de abrazar. Además, es un tío simpático, muy sensato, con el que resulta agradable charlar (ahora que no me lee nadie, reconoceré que tiene un morbo especial, aunque creo que no soy su tipo, porque me echó… ¡¡39 años!! Jejeje).

El sábado por la noche salimos todos juntos a cenar. Allí conocí a Luigi (aunque apenas cruzamos unas palabras) y volví a encontrarme con PCJ, un tío al que conozco poco, pero que me parece superdivertido. ¿Fue suya la ocurrencia de montar a Enis en un sillón y bajarlo por las escaleras a lo Rafaela Aparicio en ‘Mamá cumple 100 años’?

Al día siguiente… ¡¡tachánnnn!! Jornada gastronómica. Ekiots preparó un cuscús pa morirse de gusto, y Chema, Shiquillo y un servidor apañamos un salmorejo que no estuvo nada mal. Todo ello regado por varias botellas de Señorío de Heliche, bien fresquito, y rematado por los pasteles que Mikgel trajo de su Escacena natal.

Allí se dieron cita, además de los mencionados, el hermano pequeño de Shiquillo (un muchacho llamado Gaby, tan encantador como su hermano mayor ;-)), Quijote (al que tengo, como a Vulcano, un cariño especial) y Dik, que literalmente es pa’ comérselo: un tío noble, con una sonrisa preciosa y bastante guapo. Es, como diría un amigo mío, “pa casarse con él” (de todas formas, si sólo quieres una noche de lujuria y desenfreno, llámame, jajaja). Aunque lo más importante es que tiene la cabeza muy bien amueblada y es de esas personas que con su actitud te invitan a sentirte relajado y a compartir los recovecos del alma.

Al final, terminamos dando un paseo por mi jardín (que es como yo denomino al campo floreado que hay detrás de mi casa, justo donde empieza Sierra Morena), acercándonos al mirador sobre las viejas canteras y yendo todos juntos a tomar un café. Que fue, para mí, el epílogo a unos días fantásticos que DEBEN volver a repetirse.

Pero lo que más me ha gustado es que en este tiempo, los blogs que siempre leo se han encarnado en gente estupenda, capaz de demostrar que la realidad supera siempre a la ficción. Seguiremos contando nuestras historias, nuestras inquietudes, demostrando post tras post nuestros sentimientos. Aunque ya, todos somos un poco más amigos. Y eso es lo mejor de todo.

Gracias, de corazón, por estos días tan fantásticos. Os echo de menos…