Mol, life and so on

jueves, septiembre 28, 2006

Otra ca-de-ni-taaa

Otra cadenita de las narices. Bueno, la última, ¿eh? Además, en mi opinión las cosas que se preguntan son poco relevantes, pero bueno: de vez en cuando está bien que uno se sienta entrevistado, ¿verdad? ;-) Cambio de tornas, que se llama…

-Nombre/Nombres:
Carlitos, de toda la vida. Al parecer, procede de un antiguo jefe que tuvo mi padre. Es que él siempre ha sido muy agradecido y cortés con los extraños, y mu hijoputa con su familia. Qué paradoja, ¿verdad? Menos mal que me gusta mi nombre.

- Edad:
32. Siempre he aparentado más. Antes venía muy bien para entrar en la discoteca sin carné. Ahora no es que parezca mucho más viejo, pero me jode taaaaanto que alguien con casi 40 tacos me meta en su mismo saco generacional (y no va por ti, mol ;-))

- Fecha de Nacimiento:
Un 24 de octubre de 1973. Era miércoles (lo digo porque me acuerdo, jeje). De ese día sólo sé que mis vecinos fliparon al verme, y que mi hermano mayor empezó a buscarme los dientes. Osea, nada de interés.

- ¿Pides deseos a las estrellas?
Pido deseos, sí. Antes rezaba, cuando creía que alguien oía mis peticiones. Ahora no estoy en esa tesitura, pero sí, de vez en cuando mira uno al cielo y dice… “¡¡qué cojones!! Si estás ahí, echa una manita, campeón”. Ojalá fuera así de sencillo, ¿verdad?

- ¿Te gusta tu letra cuando escribes?
La verdad es que escribo muy poco a mano. Todo el día frente al ordenador… De todas maneras, mi letra siempre ha tenido fama de ser ilegible. Y no es que lo haga por joder al personal, qué va. Es que no me sale otra ;-)

- ¿Cual es tu comida favorita?
Sobre todo, la pasta en salsa carbonara y la pizza: carbonara también (jeje), con ternera, queso y cebolla, con roquefort… ummm… Aunque, para mí, existe una tríada capitolina en esto del condumio que me vuelve loco: los filetes empanados, la tortilla de patatas y el salmorejo. Así, uno detrás de otro, o mezclados. Pa reventá, que decía una amiga de mi madre…

- ¿Eres un demonio?
Pues hombre… soy un poco rojo, pero no tengo cuernos (creo), ni un rabo muy largo (jajaja) ni fuego en el cuerpo (salvo algunos días). Así que parece que no. Ahora en serio (¿?), soy bastante buena gente. Con mis defectos, claro, pero creo que soy un tío noble, amable y de fiar. Mi experiencia con el mundo me dice que eso no abunda.

- ¿Como demuestras tu ira?
No la demuestro. Los sentimientos se me ven en la cara. Qué le vamos a hacer, soy así de transparente. Sin embargo, sí que suelo protestar muuuucho cuando algo no me gusta, y empiezo a soltar coces al diccionario y a los buenos modales con frases del tipo “me cago en la puta madre de…”, “los muertos de…”, “que xxx se vaya al carajo”, y todo eso. Es que necesito desahogarme. Pero después, na de na.

- ¿Cual es tu segunda casa?
Pues sin duda la de Chema. Paso allí la mitad de la semana (a veces más, a veces menos). Y ya es parte de mí. Igual que su dueño ;-) A casa de mis padres voy bastante poco.

- ¿Cual era tu muñeco favorito cuando eras niño/a?
Más que muñeco, diría juguete. Guardo un recuerdo excelente de los Clics de Famobil (¿se escribe así?). Tenía muchísimos. Recuerdo que los primero que me compró mi madre, cuando servidor no llegaba al lustro, me dejaron un tanto indiferente. Sin embargo, terminaron convirtiéndose en mis mejores amigos.

Además, si puedo hacer una confesión, diré que los utilizada como figuras para los pasitos de Semana Santa que hacía con mi abuela: con tos sus avíos!! Corona, manto, túnicas, joyas… Si al final, uno es freaky por algo ;-)

- ¿Harías puenting?
Me gustaría. Me encantaría, de hecho. Igual que hacer paracaidismo, uno de mis sueños. Pero siempre he pensado que me moriría de un infarto, o me daría un ataque de nervios, antes de llegar abajo. Así que no lo tengo muy claro.

- ¿Crees que eres fuerte?
A ver, esta pregunta admite una respuesta doble y complementaria. Soy un tío muy sensible: las cosas me llegan muy adentro, me planteo mucho los porqués y a veces me agobio en exceso (eso es consecuencia de un perfeccionismo infantil y mal entendido, que es uno de mis defectos).

Sin embargo, esa ‘debilidad’, si podemos llamarla así, nunca me ha impedido hacer cosas. En 1995 se me vino el mundo encima. ¿Débil? No, le puede pasar a mucha gente. Yo supe reconocer que estaba mal (eso es muuuuuy difícil), confiar en mis amigos, ponerme en manos de un profesional, no tuve miedo de contar con ayuda farmacológica (tampoco es fácil esto) y tiré p’alante con todas mis fuerzas. El resultado mereció mucho la pena. Mucho. Creo que en el fondo soy muy fuerte, y en la superficie mis agobios me influyen demasiado. ¡Asignatura pendiente!

- ¿Cual es tu helado favorito?
Cualquiera de Rayas, que es la mejor heladería que conozco (palabra!) y está por suerte en Sevilla. Os recomiendo el de Estracciatella, el de vainilla y el de mascarpone. Si estáis/sois/vais en-de-a Madrid, probad el helado de coco de la cadena ésta que tienen allí… ay… no recuerdo el nombre. Bueno, la que está por tos laos. Ya la veréis ;-)

- Talla de zapatos:
Depende un poco del fabricante. Oscila entre el 42 y el 44.

- ¿Que es lo que mas odias de ti mismo? Un poco lo que comentaba antes: la capacidad que puedo tener para agobiarme con ciertas cosas, tomarme las cosas tan a pecho… en fin, pues eso. Además de mi falta de pelo :-(

Y lo que más me gusta, también lo pienso largar!! De mi cuerpo, mis ojos y mi pecho. De mi alma, esa capacidad inmensa para dar cariño. Que todo no va a ser malo, leches…

- ¿Color de pantalones, camiseta, ropa interior, zapatos?
Ojú, a ver. De pantalones, depende: azules, negros, vaqueros… tengo de todos tipos. Eso sí, me gustan si tienen algo que se sale de lo corriente. Si no, simplemente los tengo y los uso, pero ya está. Las camisetas me gustan con colores básicos (negras, blancas, azules… sin letras ni mezclas ostentosas). Ajustadas, si el físico me lo permite (ahora estoy de buena racha, jeje). De ropa interior, prefiero los boxer de algodón o licra blancos y negros. Zapatos, pues modernitos para salir de copas, y negros-clásicos para el trabajo. Hace mucho que quiero comprarme unos zapatos abotinados (o botines azapatados, que decía un amigo) que venden en Springfield de color rojizo. Pero 50 euros es una pasta…

- Primera cosa en la que te fijas del sexo opuesto:
Bueno, aquí por razones obvias voy a responder en el opuesto y en el propio, porque la intención del que pregunta no casa con mi realidad (jeje). En el opuesto me fijo, sobre todo, en los ojos, la boca, el pelo y las manos. En el propio… pues depende. Si es una persona que no me atrae, me fijo en los ojos y las manos. Si además me parece ‘interesante’ desde el punto de vista físico, pasa de fase: pectorales, brazos, culo… En el fondo, creo que a todos los seres humanos nos pasa un poco lo mismo, ¿no?

- Bebida favorita:
La Coca-Cola light sin cafeína y, sobre todo, el café. No tomo menos de tres al día, y a veces pueden ser hasta cinco. Pero reconozco que esto es algo excepcional.

- Deporte favorito:
El tenis. Ahora he vuelto a recuperar el hábito del gimnasio, pero no me gusta. Lo hago porque es el único sitio donde puedo ir, pagando, y hacer algo de ejercicio. Lo demás requiere un equipo, o al menos otra persona para practicar, y no siempre es posible. Salvo correr, pero como es gratis no tengo voluntad. Sin embargo, mi deporte favorito es y siempre ha sido el tenis. Hace diez o doce años era un verdadero apasionado: lo sabía TODO. Ahora, el tema ha decaído por una cuestión de tiempo, pero me sigue encantando.

- Color de pelo:
Vale de hacer putadas! ¿Qué clase de pregunta es ésta? Es como el colmo de un ciego: vivir en Bellavista en el 9ºB (leído, no ve, no ve). Tengo poco pelo, y aunque Chema me dice que me pele mucho para disimularlo (tiene razón) y que ahora estoy mejor que antes con los rizos, NO lo llevo bien.

- Color de ojos:
Tengo unos ojos marrón oscuro muy bonitos. Creo que son lo que más llama la atención de mi físico (eso, y antes con el pelo se me notaba mucho el pedazo de cabezón que tengo, jajaja).

- ¿Llevas gafas/lentillas?
Llevo gafas desde los 15 años. Al principio, sólo para leer. Ahora, si me las quito me meto en el vestuario de las tías. ¡Seguro! Las lentillas… bueno, hubo un intento ahí hace dos o tres años, pero no las soportaba. Se me ponían los ojos como un mango maduro.

- ¿Ultima película que viste en el cine?
No lo recuerdo. Ni idea. Chema, hace mucho que no vamos…

- ¿Cual es tu postre favorito?
El helado, así en general. El pastel de galletas de mi hermana. Las torrijas de mi madre. Y el flan que hace Chema. Y el mismísimo Chema ;-)

- ¿Que libros estas leyendo?
Ahora, ninguno. Así de triste que soy. El último que he leído, este verano, ha sido Vecinos alejados, un ensayo sobre las relaciones España-Marruecos. Después, empecé Mauricio y las elecciones primarias, de Mendoza, y el último de Umberto Eco. Soy incapaz de engancharme. Ahora, si empiezo el máster, tendré que leer como un loco. Así que se me acabaron las tonterías, porque estoy que no me reconozco.

- El lugar más lejano donde has estado:
Pues por el norte, en Helsinki y en la isla de Saarema (Estonia). Por el sur, en Tánger. Por el este, en Capadocia (Turquía), y por el oeste, en Lisboa. También he estado muchas veces en la inopia, y en la luna.

- Una canción que te recuerde a alguien o algo:
No podría decir sólo una. Chema, por ejemplo, tiene varias: Pagan poetry, el estribillo de Cómo hablar, etc. No hace mucho conté aquí mi vivencia con Old & Wise, de Alan Parsons; después, ésa de Alejandro Sanz de “todo lo que fui es todo lo que soy” me recuerda a la Expo’92 (también una instrumental que a Chema le encanta, porque la usaban en un espacio televisivo sobre ese evento); varias de Ultravox me traen a la memoria el primer año de carrera… sería algo interminable.

- ¿Siempre eres tú mismo?
No. Qué más quisiera yo. Pero tengo que comer todos los días y pagar una hipoteca. Así de duro.

- ¿Cine o peli en casa?
Pues hombre, depende. A veces apetece más lo primero, y otras lo segundo. Depende del tiempo de que dispongas, del cansancio y de la compañía.

- ¿Eres feliz?
Sí, claro que sí. Ahora sólo me falta asumirlo plenamente.

- Pon 3 - 6 bloguers que le encomiendes este test para que lo ponga en su blog:
¡Pues vale! María, Kurdo, Craso y Enys. Aunque no sé si estarán por la labor…

viernes, septiembre 22, 2006

Quien quiera que seas



No hay nada tuyo que no quiera ver yo
No tengo tan claro que te conozca
Intuyo, apenas algo acerca de ti
y todo lo demás
está en la sombra

Te veo y pienso
te miro y me digo:
"quien quiera que seas,
¿de dónde has salido?".
Lo quiero todo,
y tengo muy claro
que no te voy a entender
más que en parte

Me importa mucho más
verte vibrar, así, que descifrarte
Te veo y quiero
Que tú me veas

Quien quiera que seas
Quien quiera que seas
Tan poco tuyo que ahora soy
y nunca fui
tan de nadie.

Quien quiera que seas
Jorge Drexler

lunes, septiembre 11, 2006

Welcome to my life!

Do you ever feel like breaking down?
Do you ever feel out of place?
Like somehow you just don't belong
And no one understands you

Do you ever wanna run away?
Do you lock yourself in your room?
With the radio on turned up so loud
That no one hears you screaming

No you don't know what it's like
When nothing feels all right
You don't know what it's like
To be like me

To be hurt
To feel lost
To be left out in the dark
To be kicked when you're down
To feel like you've been pushed around
To be on the edge of breaking down
And no one's there to save you

No you don't know what it's like...

...Welcome to my life!!

jueves, septiembre 07, 2006

Sobre la (in)fidelidad


En realidad, y no sé por qué, me estoy topando últimamente con muchas reflexiones sobre este asunto: una conversación con amigos en la playa, otra con mi mejor amigo regada con cervecita, un episodio de Queer as Folk, un artículo que ayer leí en una revista femenina… Parece que todo el mundo quiere hacerme reflexionar sobre este asunto, donde mis planteamientos son tajantes pero, al mismo tiempo, llenos de matices. Veamos.

“Desengáñate: somos hombres. Tarde o temprano serás infiel”, decía uno de los protagonistas de la serie antes citada. Parece que algo (algo) de cierto puede haber en esa afirmación, pues según las estadísticas un porcentaje muy elevado de hombres reconoce haber sido infiel a sus parejas (masculinas o femeninas) en al menos una ocasión. ¿Deducimos de aquí que las mujeres son unas santas leales? Ni mucho menos. Aunque tal vez, como decía el artículo que leí ayer, para ellas una infidelidad sea una traición mientras que para muchos de nosotros es, sencillamente, una aventura sin trascendencia. A no ser que la ‘aventurera’ sea nuestra esposa: eso sería harina de otro costal. Machistas que somos…

Reconozco que siempre he sido fiel a mi pareja. Nunca, jamás, le he puesto los cuernos, ni he dado pie a que esto suceda, pese a que no me han faltado ciertas oportunidades de meter… la pata (algunas, no muchas, conste). Soy fiel a Chema porque creo en él, en nuestro pasado y en nuestro futuro, en todo aquello que nos une, y porque a la persona que amo deseo brindarle mi lealtad más absoluta. Pongo también la mano en el fuego por él, seguro de conservarla intacta.

En mi opinión, la lealtad lleva implícita la fidelidad, aunque entiendo que no sea así para todo el mundo. Porque, para mucha gente, una ‘infidelidad’ no es más que una degustación de carne, algo que guarda tanta relación con el amor y los sentimientos como la velocidad con el tocino. A la típica pregunta de: “¿perdonarías una infidelidad?”, mucha gente responde taxativamente que no, que ni de coña. Yo creo que también aquí hay matices.

A) Si mi pareja me dice que tiene un asunto de trabajo y se va con otro, es probable que nunca se lo perdonara. No creo, tampoco, que fuera capaz de pasar por alto un “esta noche prefiero no salir” para, a cambio, quedar con un viejo amigo y tentar la suerte. Ahí, entiendo que lo de menos es follar: el problema básico es que hay un engaño premeditado y alevoso.

B) Distinto sería un resbalón durante un viaje, una tentación no buscada o una metedura de pata sobrevenida donde no haya implicación sentimental. Es evidente que esto me haría mucho daño, y no descarto que un asunto así pudiera llevarme a tomar decisiones sobre la conveniencia o no de seguir unidos, pero creo que podría ser más comprensivo ante la llamada neta de la carne que ante un engaño soez, como los descritos en el párrafo anterior.

En cualquier caso, creo que tendría derecho a pedir al menos una cosa: sinceridad. Para ambos supuestos esperaría una actitud proactiva y sincera de mi pareja contándome cuanto antes lo sucedido. A mí me costaría, no lo niego, pero entiendo que él lo merecería y que sería el ingrediente básico para darnos otra oportunidad.

Y vosotros, ¿qué pensáis de todo esto?