Mol, life and so on

miércoles, febrero 29, 2012

Bisiestos




No. El título de esta entrada no alude a mi voluntad de dormir hoy dos siestas, pese a que me vendrían de perlas. Más bien a la singularidad que nos regala el calendario una vez cada cuatro años, igual que los Juegos Olímpicos o la Eurocopa, ambos a la vuelta de la esquina. Hoy es el día más singular del año: de varios años, realmente. El 29 de febrero suscita preguntas y supersticiones: ¿por qué no aparece un plus en la nómina de febrero? (a fin de cuentas, trabajamos un día más que el año pasado) ¿Cuándo celebran su cumpleaños los nacidos este día? ¿Es cierto que los años bisiestos se caracterizan por las desgracias que traen consigo? Si en 2012 termina el mundo, como dicen por ahí, me temo que así será...

Sea como sea, y por aquello de mirarle a todo el lado positivo, yo me quiero quedar con el rasgo singular. Con la mera anécdota cronológica. Con lo gracioso que resulta hallar una página más en la agenda del mes. Con las ansias contenidas durante 24 horas más para que el primer día de marzo, mes primaveral por excelencia, tenga por fin su sol y su luna. Y siempre, siempre, con la oportunidad de disfrutar, de contemplar, de gozar, de vivir un día más, con independencia de cómo se llame, de a qué mes pertenezca o de las condiciones meteorológicas del momento.

En realidad muchas veces, quizás demasiadas, nos empeñamos en poner etiquetas; en compartimentar lo que de por sí es un continuum (como los días del año), transformando una división práctico-lógica del tiempo en motivo de superstición; en colocar límites que ni proceden ni aportan. ¿Bisiesto? Algo gracioso, that’s all. Por lo demás, un miércoles como cualquier otro de los muchos febreros que nos quedan por vivir. Si el ocaso nuclear no se ceba con nosotros este (bisiesto) 2012, claro está...