Mol, life and so on

jueves, mayo 10, 2007

...y colorín, colorado...


Recuerdo la primera vez que la vi. Ambos teníamos 14 años, una vida por delante, ilusión… y en el caso de ella, además, gafas de culo de botella, un aparato en los dientes y vestidos que recordaban su pasado, muy reciente aún, como estudiante en un colegio de monjas. Ahora pienso que hasta el David de Miguel Ángel, paradigma de la belleza, estuvo un día rodeado de andamios. Pero entonces no nos caímos bien, y opté más bien por un “¡qué se habrá creído, si encima es fea!”.

Poco a poco recortamos distancias. Puede que ella pensara que, además de burro, yo era un tipo noble. Y sin duda, mi cabecita loca me decía que pese al encontronazo inicial, merecía la pena tener a esa chica como amiga. Qué suerte tuve, esa vez no me equivoqué…

Tanto nos acercamos, que por mi parte nació el amor. Ella, cada vez más cisne que patito feo, nunca lo supo (de hecho, se está enterando ahora, mientras lee este post), pero ha sido una de las pocas mujeres con las que he soñado organizar mi vida. Lo que ocurre es que uno era gay (y lo sigue siendo, a mayor gloria del cielo), y mi amiga, que ya podía recibir ese calificativo con mayúsculas, no se merecía un pretendiente aficionado a las piernas de los futbolistas.

Recuerdo nuestras cartas de aquel verano de 1991, interminables, donde nos lo contábamos casi todo. Siempre ha sido así, al calor de un cafelito. Ambos tuvimos siempre una relación muy especial. Ella siempre ha sido “mi amiga”, una de las mejores que he fichado, una de las mejores personas que he tenido la suerte de conocer y de integrar en mi día a día. En mi vida.

También recuerdo cuando le conté “lo mío”. Fue de las primeras en enterarse, pues quise que fuera así. Caminábamos por el entorno de la Plaza Nueva, y cuando hablábamos de las dificultades con que se topa un joven en el amor y en el trabajo, le solté: “Pues imagínate cuando eres gay, como yo”. Lo encajó con una templanza envidiable. Tanto, que le pregunté: ¿Has oído lo que te he dicho? Respondió que sí, y que no le pillaba de sorpresa. A nadie de mi entorno le pilló a contrapié. Todavía me pregunto si es porque se nota mucho… ;-)

Eran tiempos en que ella se comía mucho el coco. Pensaba que jamás encontraría el amor, que la vida había sido dura con ella, que la luz al final del túnel era un privilegio reservado a una élite, a una minoría beneficiada por el destino de la que ella no formaba parte.

¡Qué cosas! En poco más de tres años, el destino, o la fortuna, o Dios, rememoraron aquella frase del Génesis: ¡Hágase la luz! Y la luz se hizo. Mi amiga encontró el amor tan buscado, aprobó sus oposiciones, se casó… ¿y fueron felices? Faltaba comer perdices: quería ser mamá. Y si las pruebas lo confirman, parece que el genio también concederá este deseo a finales de año. Ahora sí que podemos decir eso de “…y colorín, colorado…”

Se lo merecía. Mi amiga se merece todo lo bueno que le está pasando. Pero lo que más me gusta es que, al margen de lo que pueda deparar el futuro (¿quién lo sabe?), ella está aprovechando cada instante de un presente que tiene todo lo que ella buscaba. Lo posee, y lo disfruta. Ya, sin complicaciones innecesarias.
¿Qué creías, que a una rosa no le llega el turno de florecer? ¿Conoces alguna que se haya quedado a la mitad del camino? Entonces, ¿por qué iba a ser diferente contigo?

…no sabe tu bebé la suerte que tendrá de contar con una madre por la que hubiera perdido la cabeza el mismísimo Garcilaso…

Te quiero, Angélica. Profundamente.

22 Comentarios:

  • Maravilloso, bravo, sin más palabras que decir; tan solo que colorín colorado este cuento no se ha acabado, que vengan muchos más bebés para así poder disfrutarlos.

    besitos........

    Por Anonymous Anónimo, a las 10:16 p. m.  

  • Que bonito :) seguro que esta muy orgullosa de tener un amigo como tu... yo lo estaria.

    Un besote!

    Por Blogger Cosette, a las 10:43 p. m.  

  • Niño es precioso, en unas cuantas líneas describes la esencia de una amistad, que si es lo suficientemente intensa, profunda e importante en tu vida siempre comporta un cierto grado de enamoramiento, aunque sea platónico.

    Cuando te pones sentimental eres un crack, eres sublime como tu nick, y nos dejas sin palabras, y sumidos en los recuerdos, en los afectos, en la importancia que tienen nuestros amigos y en la suerte que tenemos de tenerlo.
    Me quito el sombrero quillo!

    Por Blogger salva, a las 8:37 a. m.  

  • Después de llevarme un rato enjugándome las lágrimas (antes de que mi compi de despacho me descubriera), me he llevado otro pensando qué decir. Sé que me habías prometido escribirlo, pero jamás pensé que pudiera ser tan bello. Y como siempre te digo, me emociona hasta lo más hondo la profundidad y sinceridad de los sentimientos. La eterna pregunta mía de "¿Verdaderamente alguien puede quererme tanto?". Ya me conoces, por lo general soy yo la que menos me quiero. No soy para tanto, lo sabes.

    Con un simple "gracias" no es suficiente. Se queda corto, aunque no sepa qué decir. Que te quiero, Padre. Que siempre te lo digo y que me siento afortunada y muy orgullosa de que ser tu amiga.


    Y el resto, te lo diré cuando te vea, además de darte todos los besos y achuchones del mundo.
    El beso más grande.

    Por Anonymous Anónimo, a las 9:09 a. m.  

  • Buf, qué suerte tiene Angélica, vuestra relación me recuerda la mía con alguien que yo llamo "mi segundo marido" es casi, como si fuera mi novio, pero sin follar.
    Ahora que, por primera vez, no estoy de acuerdo contigo en una cosa. ¿Qué es eso de "mi amiga, que ya podía recibir ese calificativo con mayúsculas, no se merecía un pretendiente aficionado a las piernas de los futbolistas"?
    Pues... Mira, depende. Mi hermano es gay, pero se enamoró de una mujer y estuvo con ella. Me dijo que tenía un coco tan divino, que amaba hasta lo que tenía entre las piernas.
    En fin... Todo es cuestión de amplitud de miras.
    Un beso, rey moro. Nos tenemos que conocer. Antes o después.

    Por Blogger Unknown, a las 9:28 a. m.  

  • Ah, bueno, la de antes soy yo, la de siempre, Gayhetera
    www.lacoctelera.com/mariliendre

    Por Blogger Unknown, a las 9:29 a. m.  

  • Qué maravilla de historia...tremendamente bonita y enternecedora...qué bello tener amigas/os con esa complicidad...yo no lo cambiaría por nada ni por nadie...por muy bueno que estuviera ese alguien, jejeje...un besazo Sublime!

    Por Blogger Javier Sánchez, a las 12:28 p. m.  

  • post muy bonito, si señor!!!!
    me recuerda una amistad que he dejado atrás y bueno, esto hace mucho reflexionar.
    un abrazote fuerte, a ti y a tu mozo ;-p

    Por Anonymous Anónimo, a las 7:42 p. m.  

  • aiiiiiiiiiii(suspiro)
    chema hijo de puta q suerte tienes cabron!


    besos

    Por Anonymous Anónimo, a las 8:07 p. m.  

  • Ains (suspiro) (otro suspiro)
    Que no estoy yo para estas historias, Carlitos
    mas suspiros)
    Ains...

    Por Anonymous Anónimo, a las 4:36 p. m.  

  • No se le puede decir a alguien algo más bonito...

    Por Blogger David, a las 11:47 p. m.  

  • Bueno Carlitos, no sabes cómo me reconforta leer este post, al igual que el ratillo de conversación que tuvimos cerca de tu casa. Este post se parece a mi historiä: yo también conozco a alguna rosa con la que me he pinchado. Espero poder seguir compartiendo con vosotros más momentos como el del otro día. UN ABRAZO.

    Por Anonymous Anónimo, a las 12:56 a. m.  

  • yo tengo dos rosas que también me van a hacer tío... y es una sensación de felicidad absoluta ver que sus vidas se completan y van cerrando el círculo... pero afortunada tu rosa de tener a alguien tan especial como amigo.... se os echa de menos.... y mucho... así que en junio sin falta....
    besosssss

    Por Blogger Unknown, a las 12:05 p. m.  

  • Jo, y que esté usted al otro bando.. :D

    Por Anonymous Anónimo, a las 6:43 p. m.  

  • Como cuando le dijiste a tu chico que le amabas, pienso que eres muy valiente.
    Hablas de tus sentimientos más generosos y los diriges, con nombres y apellidos a las personas que quieres.
    Son afortunadas de tenerte.
    Un beso.

    Por Blogger CRISTINA, a las 10:18 p. m.  

  • Aisssss, que cosa más bonita por diós! De to lo bueno que tenga lo mejor, ea! (vamos, como hasta ahora, pues más)
    Un abrazo

    Por Blogger Prometeo, a las 5:30 a. m.  

  • Estas historias de amistad chica hetero + gay pueden dar mucho de sí, y seguro que casi todos podemos certificarlo... lo que más celebro es que se haya prolongado mucho más allá de la adolescencia (y que conste que no te estoy llamando viejo, que algunos son muy susceptibles... ;)...)
    Enhorabuena!
    besos

    Por Blogger Antinoo Libre, a las 12:33 p. m.  

  • En la próxima barbacoa en mi casa (que será pronto, que si no luego aprieta el solano) os sentaré juntitos, por los viejos tiempos. Muy bonito, y muy sincero. Saluditos.

    Por Blogger Craso, a las 5:36 p. m.  

  • Entro por primera vez a tu blog y me encuentro este post tan bonito sobrev una amistad y de cómo ha ido derivando en algo tan hermoso como el nacimiento de un bebé..Muy bueno. Me encantó lo d elos andamios.

    Por Anonymous Anónimo, a las 2:08 p. m.  

  • Precioso Carlitos. ¡Precioso! Es un placer leerte y cómo expresas tus sentimientos hacia los demás. ¡qué suerte tenerte de amigo!. Besos

    Por Anonymous Anónimo, a las 2:15 p. m.  

  • Tienes un correo en yahoo.

    Por Anonymous Anónimo, a las 2:57 p. m.  

  • Muy bonita declaración de amor... Pero coincido con la reflexión de Fontan: de colorín colorado nada. Esto no es el fin de nada, es el comienzo de una nueva etapa, diferente, apasionante, agotadora (eso lo sabe bien Fontan, ¿no?). Me sumo a la felicitación con mis mejores deseos y reiterando el ofrecimiento que ya le hice a la homenajeada en el post: si se quiere ir por ahí de viaje, de copas, de marcha, tener intimidad o lo que sea, que nos lo deje que se lo criamos entre todos.

    Besoso.

    Por Anonymous Anónimo, a las 11:50 p. m.  

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