Mol, life and so on

lunes, agosto 30, 2010

"¡No te reconozco!"




Así de taxativo se mostró el sábado en su comentario. Mientras veía las fotos de Cazorla, descubrió que fui capaz de saltar a una poza helada y profunda desde una altura considerable, algo que en otros momentos de mi vida me habría dado pánico; que tengo una sudadera blanca con gorro, adquirida en las últimas rebajas; que pasé el puente con un chico al que conocí a principios del verano; que tengo un pantalón de cuadros por las rodillas y unas chanclas blancas... que hay, en definitiva, un montón de cosas nuevas en mi vida, que me permiten disfrutar y disfrutarlas a ellas también.

Sin embargo, creo que no me reconoce porque conoció a un Carlitos eclipsado por un sinfín de cosas que ahora no vienen al caso, y sobre las que he posteado en más de una ocasión. Yo siempre he sido un tío imprevisible en según qué cosas: ahora a nadie le extraña que me cuelgue la mochila al hombro y me vaya de casa, pero hace casi diez años, familiares y amigos se echaron a temblar cuando les dije que me iba solo, y sólo con un billete de ida, a Estonia, Letonia y Lituania. También recuerdo que en COU, la profesora de Historia Contemporánea me pilló en un aparte, y me dijo:

-“Carlos, no te entiendo; has hecho un gran examen, pero las preguntas que formulaste ayer en clase me daban a entender que estabas totalmente perdido... como que no venían a cuento en relación a la materia que estamos dando”.

-“Yo soy así, Mari Ángeles. Me como mucho el coco, soy un poquito inseguro, cruzo la información... y además, tengo una memoria nefasta para los nombres. Por eso, a veces tengo casi listo el lienzo, y es de mucha calidad... pero dudo sobre un color básico”, respondí sonriendo, con un tono casi confidencial.

Este verano que está a punto de terminar ha sido, bajo mi punto de vista, el tiempo del reencuentro. Del reencuentro con un Carlos que nunca debió perderse: con una persona que sonríe y que lucha por seguir haciéndolo. Con un tipo que, pese a dudar de colores básicos, cada vez tiene más claro que su cuadro es un gran trabajo. Y esto no ha hecho más que comenzar, porque disto mucho de ser el que era.

En estos dos meses, por primera vez en mucho tiempo:

-Me he comprado ropa chula, unas chanclas blancas y unos botines azules.
-Me he atrevido a hacer cosas que poco tiempo atrás serían impensables.
-He conocido a gente interesante.
-He vuelto a tener sensaciones que creía depositadas a perpetuidad en el arcón de la adolescencia.
-Me he largado a Centroeuropa con la mochila al hombro.
-He dormido con un amigo en el suelo de un tren, rodeado de bicis, de cajas y con dos subsaharianos sin papeles.
-He cantado coplas.
-Me he comprado un sofá enoooorme al que le estoy sacando un partido inmenso.
-Voy a comprar nuevos juegos de cama, toallas mejores, un dormitorio y a pintar sus paredes de verde.
-He chateado.
-Hemos sabido mantener el contacto... y el cariño.
-He salido hasta muy tarde.
-He desterrado algunos rencores.
-He disfrutado de la soledad en mi casa.
-He hecho el amor.
-He disfrutado del sexo.
-Me han tirado los tejos a saco, y he sabido tontear sin salir corriendo.
-He descubierto que puedo dar morbo.
-Me he emborrachado.
-Me he hecho un montón de fotos.
-Conozco sitios nuevos.
-También tengo amigos nuevos.
-He reído a carcajadas con inusitada frecuencia; incluso he llorado de risa, pero no de dolor o de saudade.
-He añorado.
-Incrementaré mi colección de... ;-)
-He puesto fotos mías en una web de contactos homosexuales para hacer amigos.
-He despertado abrazado a alguien a quien ya quiero mucho.
-He decidido que el tatuaje va a ‘caer’ en breve... y antes de final de año, puede que también el piercing.
-He decidido que, definitivamente, voy a cambiar de gafas.
-Me siento un poquito más seguro.

Pues sí, éste ha sido un gran verano. Puede que el más fructífero en mucho tiempo. Pero lo más importante de todo es que el otoño será aún mejor... y que yo sí me reconozco.

lunes, agosto 23, 2010

Decíamos ayer...




Mis perros, Horacio y Gaspi, son como esas canciones que tarareo en la ducha: vienen anclados a recuerdos concretos. El primero, blanquinegro y dentón, apareció inesperadamente bajo el sofá un día de abril de 2005. Su madre lo había parido sin que ni siquiera nos percatáramos de que estaba preñada. En aquella época, yo pasaba una malísima racha personal y profesional, y el estrés derivado de la hipoteca, el pluriempleo necesario para hacerle frente, los primeros arreglos de la casa y los proyectos más inmediatos me llevaron a engordar, y engordar, y engordar...

Sin embargo Gaspi, paticorto y de ojitos color miel, llegó dos años después en un momento dulce. Todo se había relativizado, yo me sentía más fuerte (física y psicológicamente)y hasta más guapo, me había habituado a una emancipación de la que ya podía disfrutar, y pese a que en mi vida había ciertos lastres, conseguí echármelos a la espalda y seguir caminando con alegría. Fue un gran año ese 2007, y Gaspi me lo recuerda cada vez que me mira.

Con las entradas de mi blog sucede algo parecido. Cada una de ellas lleva, como contenidos extra, una serie de vivencias que las impregnan, y que las convierten en algo especial. Hace unos años escribí un post que se titulaba “Decíamos ayer”, en el que sobre la base de esa máxima de Fray Luis de León hacía un empalme entre dos etapas de mi vida que, por una u otra razón, nunca debieron ir separadas. Pues bien, hoy quiero volver a titular un post de esa misma manera para hacer otro empalme en mi vida: uno que llevaría desde hoy lunes, 23 de agosto, hasta finales del pasado mes de junio.

En aquel momento, yo tomé decisiones muy meditadas y con objetivos muy claros que se han visto enturbiadas a lo largo del periodo estival. Perfecto: se acabaron el verano y las aguas turbias. A partir de hoy mismo, los espejismos cederán el terreno a la vida real, que es la mía, la que me dará el oxígeno necesario y la que me ayudará a separar el grano de la paja. Todo lo demás, o directamente adquirirá un cariz secundario, o lo haré desaparecer a golpe de varita mágica y fuerza de voluntad.

Necesito llenar mis pulmones de aire fresco, sano, y aunque hay decisiones que pueden costar un huevo, tengo que cumplir con mi deber más sagrado: que es mi propio bienestar. Algunas de las vivencias de este verano irán directamente al baúl de los recuerdos, de donde pienso extraerlas sólo para contemplar el aprendizaje que de ellas se ha derivado. Otras, por placenteras que hayan podido ser, van a convertirse en huéspedes perpetuos de la papelera. He cometido errores que han prolongado mi dolor, pero eso ha terminado. Ahora quiero hacer cosas nuevas para, de algún modo, darle más color a mi vida.

Hoy mismo vuelvo al gimnasio tras dos meses de pausa: pero cambio de centro deportivo. Iré a uno del centro de Sevilla, al que retorno cada verano como pájaro migratorio y con el que este año no he cumplido. Así tendré la ocasión de disfrutar un poquito de la Alameda y de mis amigos cuando termine de entrenar.

A partir de septiembre, haré un curso intensivo de alemán. Me apetece, y cada periodo vacacional desde hace cuatro me planteo que Alemania es un sitio genial, en el que me siento como en casa, del que podría disfrutar aún más si conociera su idioma. Y creo que en octubre empezaré a dar clases regulares de la lengua de Goethe, para aumentar su conocimiento.

Ya he retomado la tesis de master, que dejé aparcada a mediados de junio tras los avatares de mi ruptura: así que en junio o en septiembre de 2011 procederé a su lectura. Por supuesto que seguiré con mi terapia, que tanto me ha ayudado este curso en la toma de decisiones trascendentales, y voy a tomarme muy en serio la necesidad de ampliar mis círculos de amistades: en ocasiones será retomando viejos amigos, y otras veces realizando nuevos ‘fichajes’. Desde esta semana, mis perfiles en ciertas páginas irán con fotos: sí, soy yo, sin nada que ocultar...

Por último, tres proyectos irrenunciables: seguir avanzando en la dotación de mi casa, comenzada en julio con la adquisición de un sofá (creo que el objetivo más inmediato va a ser el dormitorio); disfrutar este otoño-invierno de los espacios naturales que rodean mi pueblo, haciendo rutas ciclistas y/o senderistas; y cómo no, salir más los fines de semana.

El año pasado, por estas mismas fechas, me planteaba sólo tres objetivos concretos, que he alcanzado: cambiar de empleo a toda costa, solucionar cuestiones personales muy concretas, y ponerme en manos de un psicólogo que me orientase en la búsqueda de mi camino, enturbiado por un marasmo de espinas y de maleza que habían crecido por mor de mi parálisis. Misión cumplida. Los de este año son mucho más... ¿materiales sería la expresión? Más específicos, desde luego. También más abordables, creo. Pero igual de importantes. Y sobre todo, necesarios para enriquecer mi vida y tomar aún más conciencia de que, como dijo Nicolás Sarkozy a su legión de asesores, “la prioridad soy yo”. Pues ahí quedó.

Señoras y señores: no olviden que este humilde bloguero les quiere... y les necesita. Un beso, dos besos, tres besos para tod@s.

viernes, agosto 13, 2010

Para todos




Acabo de despertar y con el tiempo voy aprendiendo
Que la mañana te ayuda a ver las cosas con más claridad
Que lo que antes dolía mucho
Hoy tiene algodones en las esquinas
Y empieza a ser como una caricia
Y duele menos, mucho menos
Que el tiempo juega un papel muy importante
Y nos lo están quitando por todas partes

Tiempo

No se puede construir ná, ná de ná, ná
Tiempo, pa volver a casa tu quieres tiempo
Pa encontrar la calma necesitas tiempo
Pa tomar tus decisiones, tiempo
Pa tocarte los cojones, tiempo
Pa pasarlo con tus hijos, tiempo
Pa fumarte un cigarrito, tiempo
Pa perder el tiempo, tiempo
Pa disfrutar el momento, tiempo
Pa coger un autobús, tiempo
Pa decirle al jefe quiero tiempo
Pa mirar al cielo quiero tiempo
Pa escuchar las canciones tomate tu tiempo
Pa currar yo mido siempre el tiempo
Pa disfrutar quiero que sobre el tiempo
Yo pa coger olitas quiero tiempo

Tiempo

Pa dedicarselo a tu cuerpo, tiempo
Pa contarle a un niño un cuento, tiempo
Pa valorar que vas haciendo, tiempo
Para parar si vas corriendo, tiempo
Pa desahogar la mala ostia, tiempo
Y pa que nadie se la coma, tiempo
Pa sacar tus conclusiones, tiempo
Pa saber donde te pones, tiempo´
Pa respirar, tiempo pa llorar, tiempo
Pa volver a respirar, tiempo
Tiempo, pa dejar que ten den besos, pa reirte

Acabo de despertar y con el tiempo voy aprendiendo
Que la mañana te ayuda a ver las cosas con más claridad
Que lo que antes dolía mucho
Hoy tiene algodones en las esquinas
Y empieza a ser como una caricia
Y duele menos, mucho menos

Tiempo, pa volver a casa tu quieres tiempo
Pa encontrar la calma necesitas tiempo
Pa tomar tus decisiones, tiempo
Pa tocarte los cojones, tiempo
Pa pasarlo con tus hijos, tiempo
Pa fumarte un cigarrito, tiempo
Pa perder el tiempo, tiempo
Pa disfrutar el momento, tiempo
Pa coger un autobús, tiempo
Pa decirle al jefe quiero tiempo
Pa mirar al cielo quiero tiempo
Pa escuchar las canciones tomate tu tiempo
Pa currar yo mido siempre el tiempo
Pa disfrutar quiero que sobre el tiempo
Yo pa coger olitas quiero tiempo

Tiempo

Tiempo, pa volver a casa tu quieres tiempo
Pa encontrar la calma necesitas tiempo
Pa tomar tus decisiones, tiempo
Pa tocarte los cojones, tiempo
Pa pasarlo con tus hijos, tiempo
Pa fumarte un cigarrito, tiempo
Pa perder el tiempo, tiempo.


Carlos Jean + Bebe. "Tiempo". 2007.

Para ti




Anteayer, en Mantua, no dejé de tararearla pensando en ti...

Molti mari e fiumi
attraverserò
dentro la tua terra
mi ritroverai
turbini e tempeste
io cavalcherò
volerò tra i fulmini
per averti

Meravigliosa creatura sei sola al mondo
meravigliosa paura d'averti accanto
occhi di sole mi bruciano in mezzo al cuore
amore è vita meravigliosa

Luce dei miei occhi
brilla su di me
voglio mille lune
per accarezzarti
pendo dai tuoi sogni
veglio su di te
non svegliarti non svegliarti
non svegliarti .... ancora

Meravigliosa creatura sei sola al mondo
meravigliosa paura d'averti accanto
occhi di sole mi tremano le parole
amore è vita meravigliosa

Meravigliosa creatura un bacio lento
meravigliosa paura d'averti accanto
all'improvviso tu scendi nel paradiso
muoio d'amore meraviglioso

Meravigliosa creatura
meravigliosa
occhi di sole mi bruciano in mezzo al cuore
amore è vita meravigliosa


Gianna Nannini, "Meravigliosa creatura".
CD "Perle". 2004.