Mol, life and so on

lunes, septiembre 05, 2005

Margaritas pa los cerdos

Hace unos días mantuve una conversación interesante. De ésas que te hacen crecer por dentro, en las que uno toma parte en ocasiones y, pese a resultar muy gratificantes, te despiden del interlocutor con un halo de tristeza: con un 'nada se puede hacer', mientras esgrimimos una leve sonrisa y apretamos nuestras respectivas manos derechas.

El tema me apasionaba: franceses, ingleses, estadounidenses y el expolio del patrimonio artístico sevillano. Mi interlocutor, ex máximo responsable del ámbito cultural en una conocida entidad hispalense (osea, sevillana), estuvo contándome todo lo que su departamento tuvo que luchar para traerse a Sevilla un lienzo de Murillo que andurreaba en París de anticuario en anticuario, esperando al mejor postor. Por suerte, esta vez hubo... suerte y el cuadro no acabó en la otra orilla del Atlántico.

Porque claro: aquí también hay, si se me permite la expresión, clases y clases. En Sevilla, la Florencia de España, la ciudad donde a finales del XVIII y principios del XIX las iglesias, los palacios y las casas particulares tenían 'pa reventá' obras de Murillo, Valdés Leal, Zurbarán e incluso los mejores Velázquez, ha habido tres grandes éxodos artísticos: la invasión napoleónica -con visita posterior de los 'libertadores' ingleses-, la desamortización de Mendizábal -los cuadros se vendían por las calles, literalmente, en beneficio de algún que otro lord inglés- y, desde otro punto de vista, la Guerra Civil.

Sin embargo, pocos saben que ha existido un cuarto: la picaresca sevillana, consistente en vender bajo cuerda excelentes obras de arte, sin que se entere el Estado, a anticuarios del resto del mundo. Y la culpa, a los franceses, a los ingleses o, ya después, a los excesos de la guerra. Tan nuestros como somos los sevillanos, y qué poca importancia le damos a lo que en verdad la tiene...

El resultado pasa por tener en Washington dos murillos que ocupaban un espacio en los Reales Alcázares, o decenas de obras de Zurbarán, Velázquez, el mismo Murillo o Herrera 'el Viejo' en Boston, Nueva York, Chicago y Filadelfia. Todo ello, sin contar el reguero de arte español disperso por Houston, Virginia, Colorado y otros lugares recónditos donde, por supuesto, no saben qué es España, ni mucho menos qué es el barroco o qué significaron estos autores para tal movimiento en el contexto europeo. Y muchos de estos lienzos están en manos privadas.

Por eso digo que hay clases y clases: guerras, invasiones o desafortunadas decisiones políticas son producto de la historia. La picaresca se puede evitar. Y el mejor postor, el que más dinero tiene, siempre está en Norteamérica, siendo al mismo tiempo el que menos idea posee de lo que representa aquello que adquiere.

Visto todo con perspectiva histórica, creo que la sala de arte español del Louvre es un orgullo para España. Mejor que estuviera aquí, sí, pero allí al menos está en un entorno europeo, dentro de la UE y a disposición de todos. ¿Qué hacen tantos y tantos lienzos sevillanos en manos de fundaciones privadas norteamericanas? Muy sencillo: así se consigue que un pijo baturro con botas de cowboy tenga un adorno valioso -únicamente VA-LIO-SO- en su despacho para poder presumir delante de sus clientes e impresionarlos.

Sí, señores. El arte sale por nuestras fronteras malvendido o robado, cae en manos de anticuarios desaprensivos y, ¿quién lo compra? Los de siempre, los norteamericanos buscando invertir, no por altruísmo o amor a la buena pintura. Esos estadounidenses sólo saben que el suyo es un gran país, que más allá de Los Ángeles por el este y Washington por el oeste no hay vida digna, y entienden que el arte es una desviación gráfica de 'helarte', algo que padecen sus hermanos de Alaska y Montana entre octubre y mayo por mor de los vientos polares.

Lo dice el título: margaritas pa los cerdos, sin ánimo de ofender a tan noble animal.

6 Comentarios:

  • ES muy triste ver como la pintura, y diria el arte en general, se ha convertido para algunos en un valor puramente mercantilista...

    Besos

    Por Anonymous Anónimo, a las 5:14 p. m.  

  • Tengo muchos amigos en Lisboa que opinan que todo su arte se lo llevaron los españoles... No si al final, el batiburrillo lo tendremos aquí... Qué pena de país¡¡

    Por Blogger pijomad, a las 10:37 p. m.  

  • El caso es que no están donde tienen que estar. Y entre unos y otros,... ni siquiera en los grandes museos donde por lo menos estarán conservadas, cuidadas y expuestas. Somos un mundo!

    Por Anonymous Anónimo, a las 11:43 p. m.  

  • Pues anda que no tienen los ingleses que devolver cosas...
    ¿Qué coño pintan los mármoles del Partenón en el museo británico?Vaya expolio, que poca vergüenza.

    Por Blogger Darko, a las 12:18 a. m.  

  • Si es que, nos merecemos lo que tenemos, así de claro. Nuetsra principal afición es quejarnos, a ver lo que haríamos si de verdad las cosas dependieran d enostros (como de hecho es).
    p.d: bueno yo soy íntima de Carlitos (el original) :P un beso.

    Por Blogger cafoscarina, a las 10:36 a. m.  

  • Aun recuerdo como me encendí aquella tarde en la facultad, delante de unas diapositivas quemadas que me mostraban el patio del Palacio de Velez Blanco como joya del Museo Metropolitano de Nueva York... un besito

    Por Blogger Gaddira, a las 11:31 p. m.  

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