Mol, life and so on

miércoles, agosto 17, 2005

Massiel pal body

Este blog podría, perfectamente, llamarse Gredos II, como continuación del titulado 'El Porculín'. Pero bueno... El caso es que después de malcomer, y tras cuatro horitas y pico de viaje, llegamos a Freakiland -perdón, Madrigal- de la Vera, en Cáceres, que es como en realidad debería llamarse el pueblo de Cecilio, Tiny Ferreiro y otras hierbas. Aunque a eso iremos luego.

Al grano. Irrumpimos con nuestros chismes en la casa rural y, después de soltarlos y lavarnos la cara, preguntamos dónde podíamos ir a comer. Lucía, la casera, nos dijo que teníamos dos opciones: o 'El Molino', que regentaba una especie de alter ego de la bruja avería (esto lo añado yo después de verla in person), o 'La Paloma', restaurante a orillas de la garganta que regentaba Massiel. "¿Cómo has dicho?", pregunté. "Sí, sí, Massiel", respondió, afirmando que al principio a ella también le había parecido raro.

Allá que fuimos Chema y yo, como peregrinos, en busca de nuestra compostela particular: que era, ni más ni menos, caer rendidos ante la soberana presencia de alguien llamad@ así. ¿Massiel, y no como apodo, sino como nombre? Una diosa, una diosa. En primer lugar quería preguntarle si había limpiado ya los cristales, para evitarle en lo posible una nueva caída desde el cuarto piso, con contusiones y justificaciones tristemente derivadas.

Cuando vi la luz, osea a ella, descubrí que Massiel se llamaba así porque, en la época que nació, la diva de la boda de Enrique Ponce arrasaba en las listas de éxito, además de en las whisquerías menos selectas. Massiel, aquí conocida como "Massi" por fortuna para ella -el visitante siempre podría pensar que era la abreviatura de Máxima-, resultaba una mezcla de Heidi y Pedro con pinta de haber estado jugando con cabras y, eso sí, muy simpática.

El problema es que, al margen de cualidades o defectos, para este don Quijote que yo soy, ella representaba una especie de Aldonza Lorenzo transformada en Dulcinea del La-la-la, en una diosa de brillantina y esferas multiprismas ante cuya presencia sólo cabía doblar la rodilla. Era un icono freaky por excelencia, lo más que yo había visto desde hacía años. Massiel, Massiel... Y sobria además... Y trabajando...

Había escuchado que el nombre de Rebeca viene de una serie de televisión, basada quizá en el libro de Du Maurier. Y sin duda la proliferación de Ana Belén(es) que hubo en los setenta responde al éxito de la intérprete de 'Zampo y yo'. Pero no tenía constancia de que hubiera más Massiel que la auténtica, la irrepetible, la que se taja y cae a peso por el balcón echando la culpa a un exceso de pulcritud para con la cristalera. Ver para creer.

Si la cosa sigue igual, está claro que algún que otro hombre de negocios de 2035 se llamará Davidbisbal Ramírez, o tal vez Bustamante López, o si es mujer Chenoa Gutiérrez o Shakira Ruiz. Adrián ya se ha comprometido a ponerle a su primogénito Chiquitodelacalzada González, que como su padre es más bien limitado de altura quedaría más que justificado.

Y claro está, si se abre la veda freaky, como hizo la madre de esta Massiel cacereña, pues por qué no Carmenmairena Verdasco (jeje) o Musiquito Pérez. Total, si hay nombres reales mucho peores, ¿no? Además, así podría llegar siempre un hijoputa como yo y reirse sin piedad. ¿Qué hay de malo en ello? Pues lo dicho, ¡¡Massiel pal body!!