Mol, life and so on

jueves, agosto 18, 2005

Colonia, mon amour

Allí están todos. Ellos, con su ropita decente enarbolando pancartas, imprescindibles en cualquier multitud que se precie. Ellas, con camisa azul, pantaloncito vaquero y perlas, muchas perlas. Todos unidos corean lemas como 'Donde está Pedro, está la Iglesia' o el ya clásico 'Be-ne-dic-to, Be-ne-dic-to'. Qué ternura más grande... De vez en cuando se ve una monja y más de un clérigman con gafas de sol a juego.

Hoy es un día anhelado por buena parte de la juventud católica europea. Exactamente, por aquellos que han podido pagarse -con ayudas, eso sí- el viajito de marras a Colonia para estar con el nuevo Susan, que como siempre promete enseñar los dientes -en sentido literal y figurado-, bendecir -es gratis-, aleccionar -también lo es- y, sobre todo, mover las manos con esa grassia gitana que demostró cuando salió al balcón de San Pedro, cargándose la esperanza de cambio que teníamos muchos.

El domingo, cuando sea la misa multitudinaria a la que sin duda acudirán por lo menos un millón de frígidas y descerebrados, Bene hará el payaso un rato para demostrar que él también se gana a los jóvenes, a esos jóvenes a los que repetirá hasta la saciedad que son el futuro de Europa -demagogia pura, sí señor- y cuya responsabilidad pasa por que florezcan las raíces cristianas del viejo continente. ¡Ja! Menos mal que al menos son las cristianas, y no las católicas. Aquéllas hablan de servicio al prójimo, de amor, de ternura, invitan a compartir, a ser felices, a tender una mano, etcétera. Éstas, por el contrario, se centran en el preservativos, los homosexuales depravados, el politiqueo, las gilipolleces, y en todo lo que alguien puede esperar de los jefes de esta milenaria institución.

¿Quién no viajará a Colonia? Los misioneros, porque estarán demasiado ocupados solucionando problemas reales como para ir a cumplir con el Papa; tampoco la juventud de parroquias obreras, pues probablemente prefieran un chucho cualquiera a un pastor alemán; millones de jóvenes comprometidos con el mensaje cristiano se quedarán, porque Colonia pilla lejos, hace frío y ofrece demasiada chicha dogmática; y habrá otros, muchos, que no tengan propimor para trastear durante tantos días por un sitio con precios desorbitados. Otros, como Adrián cuando estuvo en Chochocova, irán de infiltrados (¡¡ya te vale!!), constituyendo una quinta columna de la libertad en terreno infiel.

Es curioso. Yo, que tan vinculado he permanecido siempre a la Iglesia creyendo que defendía unos valores, me soprendo a mí mismo escribiendo este blog. Pero es que pienso que hasta que no se excomulgue a kikos, opusinos, legionariosdecristo y a sus muertos tos, aquella comunidad que fundó un buen hombre, el mejor que ha alumbrado la Historia, permanecerá como un selecto club de pijos adinerados que, entre master y master, dedican parte de su tiempo a hipotecar su libertad y a quedar bien con la family.

Porque para estos turistas de crucifijo y rocetón casto en la multitud, las encíclicas de Susan están muy por encima de las Bienaventuranzas; ellos, que se consideran gente san(t)a, y no como esos depravados que follan antes de casarse, se acuestan con gente de su mismo sexo e, incluso, toman decisiones acordes con su conciencia y contrarias a la moral católica y a la tradición. Qué pena de gente. Qué tristeza me provoca esta juventud meapilas. Qué assssco me dan...

1 Comentarios:

  • Mientras esa juventud sea la que es, no está tan mal. Por algo cada vez son menos. Llegará el momento en el que entiendan que no es guay ir a ver al Papa a la Colonia, que lo guay es pasar esos días como auténticos cristianos: ayudando a niños en los centros dónde estén, a los abuelos, quizás a los suyos propios, que a esos niveles tienen más carencias que los nuestros. Lo digo con conocimiento de causa. Muchos abuelos de esas perfectas juventudes cristianas, están solos. Pasando el verano con sus criados y añorando su casa en la playa a la que no puede ir, por que sus hijos no arreglan la entrada para que la sillita de ruedas pase el jardín. Con dinero, con señorita de compañía, con jardinero, chofer y cuerpo de casa, pero tremendamente solos y olvidados de su perfecta familia. Sufriendo su soledad adinerada, quizás sean culpables de ella, pero es de buen cristiano perdonar, no?

    En fin, que estoy contigo. Que tenemos demasiadas cosas aquí, demasiadas necesidades, muchas de ellas evitables, como para perder el tiempo y el dinero de juerga con el Papa. Y más de uno folleteando con la más rubia, más perlosa y con la cola más a la derecha de todas. Igual de folleteonas que las demás, para eso son jóvenes.
    Más de un@ se toma estos eventos para salir con sus parejas o parejos. Que están hechos de lo mismo que los demás y siente y padecen como los demás. Que no es la primera monitora del colegio cristiano que se lía con su monitorada. También doy fe.
    Algún día te contaré mi experiencia cristiana en Insti del Opus y en el Movimiento Teresiano de Apostolado, donde fui militante en tiempos de despiste colectivo.
    Besotes chikitín.
    Me gusta esto. Y, aunque sabía que eres periodista, no tenía ni idea que escribieras asín.
    La Ro

    Por Anonymous Anónimo, a las 12:36 p. m.  

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