Mol, life and so on

lunes, septiembre 12, 2005

Juventud basura

En realidad, quiero redactar este post sin ser tremendamente crítico. Tampoco pesimista, aunque entiendo que me resultará difícil. Es una reflexión 'al hilo', como dicen los políticos, de una experiencia vivida por mi amigo Andrés el pasado fin de semana. Él estaba, en compañía de su novia y otros dos amigos, esperando a que llegáramos los demás para ir a tomar unas tapas. Como siempre, en la puerta de la Caja. De repente, según parece, surgió de la nada un individuo cani, para más señas, cabalgando sobre una moto bastante bastante indomable y surcando el acerado como si fueran las arenas del Sáhara en el París-Dakar.

Estuvo a punto de pasarles el ciclomotor por encima, así que Andrés -que siempre ha sido muy señor- se limitó a llamarle la atención. El canorro, embutido de tela vaquera y adornado con oro y pringue, volvió la cara, puso cara de asco... y le escupió. Sí, ese hijoputa le echó un gapo descomunal a un hombre de 32 años que esperaba con su pareja a un grupo de amigos. Por supuesto luego se dio a la fuga, y menos mal que fue así. Absolutamente impresentable.

Ahora yo, tufado de pesimismo, me pregunto: ¿de dónde han salido? Cuando servidor iba al instituto, la fauna urbana juvenil se dividía en pijos y heavies. Había algún que otro lolailo, aunque el final de la década de los 80 no era muy propicio para ese tipo de música, así que casi todos eran heavies con matizaciones nacionalistas hispanas.

En nuestros días, sin embargo, el cani ha invadido calles y plazas como si fuera el mosquito tigre, que pica a través de la ropa. Ocupan los gimnasios, así como las playas de Chipiona, Rota, Sanlúcar de Barrameda y en menor medida Matalascañas. Hallan un hábitat perfecto en los barrios periféricos de las grandes ciudades (no necesariamente marginales). Se caracterizan por usar y abusar del oro, de Camela y de la mala educación, sobre todo al volante de un coche tuneao o en moto. Y son, al menos en Andalucía, un porcentaje altísimo del sector juvenil post-adolescente.

El cani, que puede parecer gracioso imitado por los Morancos, es un verdadero peligro para la libertad y la urbanidad. No dudan en agredir, insultar y recurrir a los métodos más heterodoxos para salirse con la suya o reforzar el discutible honor de los 'surmanos', que es como llaman a sus congéneres. Son una plaga contra la que aún no existe insecticida ni katrina que valga. Lo que me gustaría saber es si, pese a dar la nota de ese modo, siguen siendo una minoría. O si son mayoría, pero sólo en esta comunidad autónoma. Lo que necesito, en definitiva, es un motivo para la esperanza.

Sea como fuere, espero que esta plana sea aún enmendable. Por el bien del futuro de todos.

9 Comentarios:

  • Qué asco, agh. Pocas cosas pueden haber peores que un escupitajo... Yo espero que no sea problema de una generación este tipo de comportamiento, sino simplemente un capullo descerebrado de estos que abundan por el mundo (o quizás se hacen notar porque se juntan en bandadas, cosas de la endeble personalidad y del borreguismo). Y espero que estos comportamientos con los que nos encontramos de vez en cuando no nos hagan retroceder o silenciar esa llamada al orden que a veces conseguimos sacar y que a veces nos cuesta respuestas como las que has comentado (y no sé por qué hablo en plural porque yo en la calle no me atrevo a este tipo de cosas, soy demasiado tímido u otra palabra peor).

    Muchas gracias por los ánimos y por la suerte. Ah, y tengo ganas de empezar ya ;-)

    Por Anonymous Anónimo, a las 9:52 p. m.  

  • Buenas!
    En primer lugar agradecerte tu post!
    En segundo lugar decirte que me gusta tu blog y que vendre mas a menudo!
    En tercer lugar, no comparto tu opinion sobre Madrid. Yo suelo ir una vez al mes, y es una ciudad que me gusta y si me gusta no es por edificios, esculturas, etc. sino por el ambiente que hay, es un ambiente feliz. No se, yo vivo en un pueblo y sales por la calle y solo te cruzas macarras y paletos. Y vas por Madrid, y estas rodeado por gente humilde, sensata, humana al fin y al cabo. Lo que dice que te atrae Madrid, a mi me pasa lo mismo con Milan y con Barcelona. Soy adicto a ellas dos XD.
    Por ultimo, decirte que sobre ese ''cani'' no has podido elegir mejor ciudad que Sevilla. No tengo nada en contra de esa ciudad, mas que nada por vivi alli mis primeros años de mi vida y le guardo cierto cariño. Pero si decirte que sevilla esta lleno de los conocidos ''Chungos'' o ''Kinkis'' que van llenos de oro y son macarras. Pero no te preocupes, estan por todas partes. Aqui mismo hay unos que no dan mas que problemas y te puedo asegurar que mi sueño es que cambien y dejen a la gente en paz. Pero no se si sera posible. Eso si, si ellos quieren puedes tener problemas. Hayas hecho algo o no.
    Un saludo y suerte con los ''canis'' jejeje

    Por Anonymous Anónimo, a las 12:46 a. m.  

  • Haberlos "hailos" en todas partes, aunque quizá se dejen ver más en unos sitios que en otros. Una vez llamé la atención a unos chicos que estaban rompiendo las botellas de lo que bebían y mejor no cuento lo que me dijeron, pero sentí vergüenza ajena. En fin... esperemos que no todos sean así, sobre todo por lo que me toca (mi adolescente favorito).

    Por Anonymous Anónimo, a las 10:42 a. m.  

  • Este tipo de especímenes los hay en todas partes, y si en tu tierra los imitan los Morancos aquí (Barcelona) son Buenafuente y su "neng" los que reflejan estas personas que cada vez, por desgracia, son más abundantes. De esos de Camela siempre ha habido por aquí también.
    El caso no es la estética sino la conciencia y la educación de la gente porque mi hermano pequeño lleva rastas y no por eso es un okupa. A veces me sorprendo a mí misma charlando con amigos y moviendo la cabeza y diciendo "a dónde iremos a parar..." y soy joven...

    ¿A donde iremos a parar?

    Como siempre, genial tu post. Te sigo leyendo.

    Por Anonymous Anónimo, a las 11:00 a. m.  

  • Hola Carlitos.
    Ayer intenté dejarte un comentario pero fue imposible, tu página mo se cargaba, vamos a ver qué pasa hoy...
    Veo que no se apaga el fuego de la pasión entre tu jefe y tú, jajaja.
    Bueno, en cuanto a lo que escribes, lo siento, pero no voy a ser yo quien te de esperanzas al respecto, porque ya las perdí hace tiempo.
    Lamento informarte de que este tipo de gente no sólo se encuentra en tu ciudad, aquí también estamos servidos. Y digo más, no creo en absoluto que sean una minoría, sino todo lo contrario. Los hay de todas las edades y sus familias pertenecen a todas las clases sociales. Y digo sus familias, porque ellos ya forman un grupo social propio.
    Todo comienza con una scooter ruidosa y acaba con un coche espantoso. Unos podrán llevar un BMW M3 color pistacho y otros se tendrán que conformar con un Hyundai Coupé.
    Aunque lo que de verdad les caracteriza a todos es su absoluta falta de educación, respeto, cultura, sensibilidad, valores, ética y sentido del ridículo.
    Si esto va a seguir por este camino, que se pare el mundo, que yo me bajo.

    Pd. No escribo nada ultimamente porque estoy de baja intelectual. Me he destrozado los ligamentos de la rodilla jugando al fútbol, y seguramente la radiografía que me realizaron me ha debido dañar la parte creativa de mi cerebro. Estoy bastante espeso.

    Por Blogger Darko, a las 6:48 p. m.  

  • No te olvides de la sección femenina de esta especie. Esas chicas de estética curiosa teñidas de negro, con el pelo engominado, tops minúsculos, pantalones larguísimos y botas de suela interminable. Escupen, gritan, insultan y se pelean como ellos.

    Ejemplo real: (conversación oída entre dos muchachitas de unos 14 o 15 años) La oí porque hablaban a gritos, evidentemente.

    -¿Me das un chicle?
    -Chúpasela a tu novio y espera a que se te corra en la boca. Ya verás qué chicle. JA JA JA

    Qué miedo, qué miedo.

    Por Blogger Xan, a las 6:57 p. m.  

  • Leyendo los comentarios a tu blog, compruebo cómo la mayoría de los que los han escrito han perdido toda esperanza acerca de este tipo de juventud. La verdad es que es un problema cada vez más extendido, aunque lo que me resulta curioso es que esos tipos se creen los reyes del mambo cuando están en pandilla, cuando están juntos varios de ellos. La cosa cambia cuando te los encuentras de forma individual, pierden esa pretendida valentía y bravuconería y se convierten en lo que son: unos cobardes que ante el más mínimo enfrentamiento salen corriendo.
    Esperemos que este fenómeno sea pasajero y termine desapareciendo, me asusta un poco por los niños que ahora estamos trayendo al mundo y por los que vendrán. Me moriría de espanto si un niño mío se juntara con ese tipo de gente (porque, mientras pudiera evitarlo, nunca sería como ellos).
    Por cierto, Andi ya se encuentra cómodamente instalado en los 33 años, aunque seguro que te agradece la rebajita...
    Como siempre, enhorabuena por tus blogs. Besitos.
    Angie.

    Por Anonymous Anónimo, a las 8:48 a. m.  

  • Bueno es producto de nuestra sociedad, de la ley del máximo rendimiento al menor esfuerzo y de una mal entendida permisividad (ya no hay respeto yla gente cree que democracia es hacer lo que cada auno le dale de las narices sin respetar al otro). Hoy en día si llamas la atención te abofetean y ni las canas ni la sabiduria tienen valor. Vivimos en la sociedad del consumismo y eso no se consumo.Evito hablar de la educación: sin embargo, no se porqué, pienso que esta situación conviene a las fuerzas del poder... espero equivocarme.

    Por Blogger cafoscarina, a las 3:19 p. m.  

  • Pues yo vivo en la esperanza del cambio. En alguna vez, esta misma conversación las he tenido con nuestros amigos Maestros de profesión y vocación, y en todos los casos llegamos a la misma conclusión. Se está perdiendo el poder de educar que antaño tenían nuestros profesores y nuestros padres. Hoy en día todos los niños aprenden antes la ley que ampara al menor que a sumar dos más dos. Desde la cuna los niños son manipuladores en potencia y si seguimos fomentando esto, pasa que tienen más poder sobre un profesor que al contrario. Y pienso que ese es el problema, la notable carencia educativa que tiene el motero gapero del otro día.
    Y por no decir nada del poder que ejercen en casa ante los padres. Y si no que le pregunten a cualquier padre cuyo hijo viera ayer las noticias. Es muy fuerte que ahora se cuestione si puedes o no castigar a tu hijo, o si es maltrato infantil consentido socialmente el que le dé un cachete en el culo. Espero que, cuando los tenga, pueda criar a mis hijos como me criaron mis padres, aunque tenga que hacerlo clandestinamente para no correr el riesgo de que te denuncien por maltrato.
    Si solo fuera la estética de los “canis” no sería tanto problema. El problema es la falta de respeto. Y están en todos los lugares. Con distinta ropa, distinto pelo, distinto gusto musical, pero todas las juventudes de hoy en día tienen la misma mala educación, aquí en Sevilla, en Madrid, o en Tudela del Campo.
    Ro. Besotes chikitín.

    Por Anonymous Anónimo, a las 2:30 p. m.  

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