Mol, life and so on

martes, agosto 02, 2005

Un cabrón menos

Hoy es un buen día, sí señor. Pese al coñazo televisivo que han tenido que aguantar los saudíes, con cuatro canales de televisión recitando al unísono el Corán (menuda... jodienda). El rey Fahd la ha espichado. No sabía que estuviera tan grave, aunque mira tú por dónde a veces la vida te da sorpresas. Y agradables. Al enterarme de la noticia se me vino a la cabeza el día que nuestro rey fue a verlo a Marbella para darle dos besitos y ponerse a sus plantas. Poderoso caballero...

Sin embargo, ese hijoputa -el Saud, no el Borbón, aunque...- ya no va a pasearse de rositas por ninguna ciudad ninfómana como la costasoleña. Ha dejado de encabezar un gobierno injusto que, como sus miembros son ricos y amiguitos del Gran Satán, cuenta con el beneplácito de la comunidad internacional. Nunca volverá a putear a la mujer, que además de rematadamente humillada, padece síndrome de Estocolmo. No logrará con sus petrodólares que el integrismo wahhabí se instaure en los -antaño- tranquilos barrios de las ciudades occidentales. Y jamás volverá a joder la vida de los homosexuales que, allí también, son troceados por sentir de otro modo como esos cerdos que tanto odiaba.

Se va, en definitiva, un buen cabrón. Descansen en paz esos súbditos que lo han sufrido durante algo más de dos décadas, y a los que deseo lo mejor ante la llegada del nuevo rey: que, por lo visto, se diferencia del que ahora se agusana en que es 'conservador', jejeje. Descansen en paz las personas que claman contra la injusticia. Y descansen en paz todas los ciudadanos del mundo islámico que, directa o indirectamente, sufren el puteo constante de esta odiosa familia. A todos ellos, lo mejor. Al finado, sólo cuatro palabras: púdrete-en-el-infierno.