Orgullo Friki: hoy es el día

Hoy, como dice en el título de este post, es el día de quienes disfrutábamos con los engendros que sacaba Cárdenas en Crónicas Marcianas. El día de quienes recordamos casi a diario la respuesta que La Veneno –cuando era La Veneno- le encajó cierto día a Pepe Navarro: “Bizca tengo yo la pipa er coño”. Hoy nos enorgullecemos de loar a Carmen de Mairena, a la María Jiménez que cantaba ‘Se acabó’ y otras perlas, al extremeño Cecilio o a Lola Flores, la simpar, el día que montó el cirio en la boda de Lolita y, agitando los brazos y mientras hacía sonar el oro de sus pulseras, gritó aquella inmortal sentencia de: “Si de verdad me queréis, ¡irse!”. Yo, en homenaje a tan singular episodio de mi infancia, le dediqué la dirección web de este humilde blog.

Pero no nos perdamos. Porque hoy, también es el día de quienes se saben de memoria alguno de los poemas de Manolito Reyes, más conocido como ‘Pozí’; de quienes no se cortan un pelo y avasallan en medio de Isla Cristina al Musiquito, genial intérprete de ‘¿Dónde está la mosca?’; de quienes le echan un taco de rostro al asunto y se plantan en la casa del Niño Palomares pa que les cante algo; y, por supuesto, de quienes creen en la divinidad del Monarca, léase Chiquito de la Calzada, y siguen diciendo ‘te da cuén’, ‘cobarde’ o ‘ere un torpedo’, aun a riesgo de ser hombres desactualizados, que dirían los de Ya.com.

Hoy, en definitiva, es una ocasión especial para decir: “La mano que tiene el friki / es la mano que domina el mundo”. Porque somos legión. Y sí, qué pasa si nos gusto aquello que más de un cultureta considera casposo y de mal gusto. Yo disfruto con todo lo anterior, y también con muchas otras cosas que me he dejado en el tintero: por ejemplo, esas ejemplares guardianas del baptisterio paleocristiano de Granada que parecen extraídas de El Señor de los Anillos. Para mí, esta gente son parte de la salsa de la vida, y nos recuerdan algo muy importante: que se puede comer todos los días siendo uno mismo, sin complejos, y librándonos de ataduras éticas y estéticas más propias de un montaje sociocultural que de la vida misma.

Ser friki es ser sincero, disfrutar de las pequeñas cosas que tiene la vida, tener ganas de reírse, admirar la sencillez y la creatividad de cierto género humano… además de venerar, por encima de todas las cosas, a ésos que muchos consideran desechos sociales. ¿Acaso algo de esto es un motivo deshonroso? Está claro que no: así que ¡¡FELIZ DÍA DEL ORGULLO FRIKI!!

PD: Dedicaré mi próximo post a los frikis que me rodean en mi vida cotidiana.