En la casa de Magic

A mi MagicGnoma, que lo quiere y lo merece.

En la casa de Magic, bien podría haber setas rojas y blancas para sentarse, y una mesa con listones de madera y corazones labrados.

En la casa de Magic, el agua debería ser leche, o miel, o ambrosía, y las paredes bizcocho, caramelo, turrón o chocolate blanco.

En la casa de Magic habría chimenea, seguro. Y ventanas con celosías de madera y dibujos. Y cortinillas de color.

En la casa de Magic, la lluvia no arrojará agua, sino flores amarillas. Y el rocío de la mañana dejará enredaderas cayendo desde el tejado bajo la atenta mirada de un gato juguetón.

En la casa de Magic, el sol se fundirá con la luna, logrando cascadas de oro y de plata.

En la casa de Magic, los niños serán bienvenidos, los perros tendrán su sitio, las palomas su nido, y los amigos… los amigos un verdadero tesoro.

Porque Magic es un ser único. Un deseo de Perrault, una ilusión colectiva, una sonrisa anhelada. Un verso, una rima, un poema. Un ramo de camelias, un beso en los labios, una caricia en la piel. Es la inspiración de quienes la queremos, nuestro apoyo, nuestro sueño, nuestra vida. Es la respuesta ante la duda, si alguna vez surge, de para qué sirven los amigos.

En la casa de Magic no hará calor, aunque sí habrá calidez. En la casa de Magic, la luz no entrará por la ventana, sino por la puerta. En la casa de Magic, el sol no será un convidado de piedra, sino el dueño del hogar…

…porque si el sol acoge, nutre y da la vida, no hay lugar a dudas: Magic es el sol.