Mol, life and so on

viernes, noviembre 11, 2005

Querido amigo:

¿Qué tal estás? Imagino que abrigado, porque si empieza a hacer frío, ahí arriba debe de ser... puff! Cuánto tiempo sin saber de ti. Lo reconozco: cuánto tiempo sin pensar en ti. Hace unos días se repitió la cantinela de todos los años, pues al acercarse noviembre empiezo a calcular en qué caerá el día 11. Hoy, diecisiete años después, vuelve a ser viernes.

¿Sabes? Cuando venía para el trabajo esta mañana, le eché un vistazo al móvil. Quería saber si llegaba o no muy tarde. Entonces lo vi: las nueve y pico del 11 del 11. Inmediatamente se me fue el pensamiento hacia aquel día, hacia aquel patio. Y recé. Recé por ti. Una especie de cantinela litúrgica, como un responso, pero después de no sé cuánto tiempo, sentí la necesidad de rezar. Era un poco mi forma, a mi estilo, de comunicarme contigo.

Qué jodida es la buena memoria. Esta mañana, aquel 11-11 pobló mi recuerdo con rígida estructura fílmica: el affaire del paraguas que te rompió Álex; la salida al patio en una mañana nublada y fría, mucho más que la de hoy; la imposibilidad de montar un pequeño equipo de voleibol para echar la hora; el partidillo de baloncesto con Cardeñas, Pitu y Eduardo... y el fin.

Nunca daré suficientes gracias por no haberme enterado de nada, por haberme encontrado el pastel cuando lo peor había pasado. Recuerdo aquel abrazo con Sonia, que lloraba desconsolada; aquella visita a la Macarena, inocentes niños de catorce años que pensábamos que ella podría salvarte; aquella terrible comunicación, "ha muerto", que nos soltó de bruces un fostión del carajo: el más fuerte de nuestras vidas hasta ese momento. Y eran, más o menos, las 9 y pico. Igual que hoy cuando miré el móvil.

Lo demás, imagino que ya lo sabes: fuimos al hospital, llorábamos desconsolados, te encargamos las flores, acordamos qué nos íbamos a poner para ir a tu entierro... puta válvula coronaria, con las ganas que tenías de jugar al fútbol. Tardé mucho, mucho, en superar tu muerte. O simplemente en poder hablar de ti sin llorar como un bebé. Años, en realidad. Porque no todos los días, y a Dios gracias, se muere tu mejor amigo en clase de gimnasia, de repente, delante de casi todos.

El otro día, durante la mudanza, estuve ojeando el libro que tus padres editaron con todos tus poemas. Qué recuerdos... Y no nos engañemos: no son precisamente la alegría de la huerta, porque tú alegre, alegre, lo que se dice alegre... Pero eso sí, desprenden la profundidad de sentimientos, la nobleza de espíritu y la bondad que te caracterizaban. Por eso eras mi mejor amigo.

Bueno, figura. Espero no tardar otros diecisiete años en escribirte; y no sé si estás al tanto del rumbo que ha tomado mi vida desde entonces, pero si te dijera quién ocupa en mi corazoncito el espacio de Marta Sánchez ;-) igual te sorprendías... o igual no, que tú siempre fuiste muy observador, casi adivino. Cuida de tus padres, que nunca lo superaron, que dejaron tu habitación como un santuario (craso error) y que acabaron mudándose para notar menos tu ausencia: hoy lo estarán pasando muy mal. Y, si ves a Dios por ahí... no, no le digas nada de mi parte, no vaya a ser que llame a declarar in person y no tengo hueco en la agenda.

Por cierto, amigo. Sabes que te quiero mucho, pero no hace falta que respondas, ¿eh? Que para sobresaltos, los que me dan mi jefe y la vida a cada instante. Es que la cosa ha cambiado mucho, ¿sabes? Ya te contaré. En otra carta, quizás. O personalmente, dentro de muchos, muchos años...

Te seguiré echando de menos. Un abrazo muy muy fuerte de un amigo que no te olvida.

Carlos

14 Comentarios:

  • fóntan dijo...
    Pues sí , es cierto ,hoy hace 17 tristes años , que se nos fue un buen compañero del antiguo instituo ,Antonio Machado hoy hogar de gente sin techo en su espacio físico claro está; ya que, por aquella fechas se fraguaba el principio de un nuevo Instituto de nombre Macarena, que aún sigue en pie ,aunque esta vez con una generación llena de pastilleros pero bueno la vida sigue, como se me va a olvidar a mi ese día,imposible, estabamos en clase de Inglés y de repente se paro el tiempo, algo pasaba y carmen nuestra profesora tras salir volvía a entrar y no recuerdo bien si estabamos en un control o algo similar, cuando dijo," amigos la clase ha finalizado por hoy, un compañero vuestro ,ha fallecido en la clase de gimnasia."
    Para todos ,fue un jarro de agua fría era algo insolito, que la guadaña a tan temprana edad se atreviera a pasar por allí, pero está claro, la muerte no tiene edad
    No sabiamos que hacer, si rezar o ir al hospital todo eran lagrimas y caras tristes un ir y devenir de gente. Todavía había una minima esperanza, pero lo peor se apresuraba por las inmediaciones del instituto. Compañeros que habían llevado en volandas a nuestro amigo, volvían derrotados con lagrimas en los ojos, diciendo "ha muerto".
    Para mi fue uno de los acontecimientos más tristes de mi vida, que siempre llevaré marcado en mi corazón, pero gracias Carlitos ,por recordar en este blog a nuestro compañero, que yo no conocí en persona, pero si escuche hablar de él y me consta que fue una buena persona.
    Solo puedo rezar por él y hacer esta breve vivencia que recuerdo de hace 17 años que ya han pasado, y parece mentira que fue ayer.
    saludos.

    Por Anonymous Anónimo, a las 8:18 p. m.  

  • Que bonito Carlitos y que triste, pero comparto muchas cosas de las que dices porque a mí también se me murieron amigos jóvenes y les escribí, en su día, una carta. Besos.

    Por Anonymous Anónimo, a las 8:34 p. m.  

  • Vaya...que palo. Esas cosas y mas a esas edades, no se olvidan nunca.
    Espero que este post viaje lejos y llegue a donde tenga que llegar, por soñar...

    ;) Saludos

    Por Anonymous Anónimo, a las 9:10 p. m.  

  • Joder Carlitos, qué cosa más triste... No sé qué decir...
    Solamente, que las personas a las que no olvidamos no mueren realmente nunca.
    Solamente, que es precioso el recuerdo que has tenido de aquel niño que sigue siendo tu amigo.
    Qué infinita tragedia la muerte de un niño...
    Qué incomprensión, qué inpotencia, qué injusticia, cuanto dolor....

    Un abrazo Carlitos, este post ha sido muy bonito. Yo nunca espero menos de ti. Siempre Sublime.

    Por Blogger Darko, a las 11:21 a. m.  

  • Como en todo hay una parte positiva y otra negativa, aunke la positiva no la lleguemos a ver xq nos ciega la negativa. Lo burno es ke sigues pensando en él, le dedicas un post, en definitiva, ke sigue presente. De lo negativo mejor no hablar, creo que ya lo has dicho tu todo, y como siempre de una forma muy elegante. Un abrasssito!!

    Kiss!!

    Por Blogger The UNLIMITED EDITION, a las 1:11 p. m.  

  • Este rincón es un homenaje, y este comentario prentende ser una flor. Valemos tanto como amor despertamos en los demás. El recuerdo de quienes se han ido es el recuerdo de lo que nos han dejado, nos han dado y nos han hecho sentir.
    Y hoy su recuerdo vive un poco más en todos los que le conocisteis, y llega a emocionarnos a quienes no tuvimos tanta suerte.
    La muerte en cualquier caso es más cruel con quienes se quedan que con quienes se van.
    Un abrazo

    Por Blogger Prometeo, a las 7:30 p. m.  

  • Recuerdo aquel día como si fuera ayer mismo. Aquel chaval no era amigo mío, ni siquiera sé si a esas alturas del curso había cruzado tres palabras con él, solo era un compañero más de tant@s en la clase de segundo. Afortunadamente, llegué cuando ya todo había ocurrido. No sé porqué causa (¿pereza? sería propio de mí) me salté la clase de gimnasia. Cuando llegué a segunda hora, estabais todos sentados, calladitos y el profesor de matemáticas, a la sazón tutor del curso, estaba sentado en la mesa aunque no tocaba que estuviera allí. No sé si la noticia ya os la habían comunicado, pero aquello me impresionó sobremanera. No tanto porque fuera la muerte de un compañero, sino por el hecho de descubrir abruptamente que aquello de irse a mejor vida no era solo patrimonio de la gente mayor: podía tocarle a cualquiera.
    Sobre todo de aquellos días recuerdo tus llantos y el abrazo que te diste con José Enrique y Elena (es cierto, qué habrá sido de ella?) cuando fuimos al tanatorio. No ví a nadie más afectado que a tí, a nadie.
    Y me arrepentiré toda la vida de haber ignorado la venta del libro que recopilaba sus poemas. En ese momento me parecía una bobada -cosas de la edad-.
    Por cierto, que de aquel curso al único que conservo como amigo es a tí. Y tampoco se me olvidará nunca que fuiste el que más hizo por unir a un grupo como aquel del todo heterogeneo. Hasta te firmamos todos en una libreta que trajiste el último día.
    Aunque ahora seas más extrovertido, siempre has tenido buen corazón. Tu post lo atestigua.
    Un beso, Carlitos.

    Por Anonymous Anónimo, a las 3:22 p. m.  

  • Gracias, Kursal. Yo también te quiero mucho.

    Por Blogger Carlitos Sublime, a las 4:26 p. m.  

  • Jo, es precioso...

    No sé qué decir, así que mejor no decir nada.

    Por Anonymous Anónimo, a las 11:50 p. m.  

  • La amistad es el amor más puro y como éste no lo detiene la muerte. Me has emocionado. :)

    Por Blogger cafoscarina, a las 11:35 a. m.  

  • el destino es sabio, aleja y reencuentra segun sepa es lo mejor... a veces tardamos pero al final entendemos q lo qnos depara indefectiblemente tarde o temprano ocurrira...

    cariños
    nev

    Por Anonymous Anónimo, a las 3:54 a. m.  

  • He leído tu post y me he quedado sin palabras... Hago un esfuerzo y digo una: maravilloso; lo releo y recupero fuerzas para decir otra: conmovedor...

    Salud y Fraternidad

    Por Anonymous Anónimo, a las 10:36 a. m.  

  • Hay veces que escribir un comentario me hace sentir como un intruso y esta es una de ellas. En estas líneas hablas de tu amigo, son preciosas, hablando de él te conocemos más a ti. Y te queremos más. Un beso.

    Por Anonymous Anónimo, a las 8:22 p. m.  

  • Aunque hace ya un mes que escribiste este post, es ahora cuando he tenido tiempo de hacer algún comentario.

    No conocí bien a tu amigo. Sabía quien era y lo había visto por aquel edificio viejo (pero con encanto) en el que pasamos bastantes buenos ratos. Pero, al igual que Kursal, yo también recuerdo aquel día. Recuerdo algunos retales:
    Al profesor de Educación Física que estaba con él en ese momento y ahora, colocándome en su punto de vista, no soy capaz de imaginarme qué se debe sentir cuando pasa algo tan improbable en tu clase.

    Recuerdo que muchos se tomaron aquella mañana, simplemente, como un día libre, un día sin clase... ¡qué ingenuidad tiene uno a los 14 o 15 años! ¡qué frivolidad inconsciente!

    Recuerdo, vagamente, que poco después se publicó un libro de poemas que había escrito este chico.

    Y recuerdo poco más, porque no lo conocí.

    De todos modos, Carlitos, el post está cargado de incertidumbre, de dudas existenciales, de confusiones religiosas... Pero es muy ¿bonito es la palabra?.

    Supongo que tendrás que seguir cargando con LO JODIDO DE LA BUENA MEMORIA (otros tenemos suerte de no tenerla).

    Por Anonymous Anónimo, a las 1:57 p. m.  

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