Mol, life and so on

lunes, octubre 24, 2005

Mi agente de seguros

Acabamos de comenzar nuestra relación comercial y ya me tiene hasta los huevos. Cierto que mis prejuicios están merodeando por ahí, como una mosca, pero reconozco que cuando suena el teléfono y me dice eso de "me alegro de saludarte", mi sangre empieza a hervir y el colmillo derecho crece ligeramente.

Iré al grano: odio a los agentes de seguros. O más que a ellos como personas, a sus putas empresas, que desde mi punto de vista son especialistas en la extorsión y el mal servicio: se acercan, te venden el oro y el moro -por supuesto tú, cliente, que no eres tonto, no te lo crees- y después pasan de ti; es la misma táctica que desarrolla la mantis religiosa con el macho. Lo seduce, y cuando éste pica, le arranca la cabeza.

Creo que esta tarde tendría que haberlo puesto en su sitio, haberle dicho cuatro cosas. Reconozco que en demasiadas ocasiones no sé cuándo termina la prudencia y comienza la cobardía. También es verdad que si me pongo borde y me lanzo, después me siento mal porque, sencillamente, no dejo de darle vueltas al tarro. Y esta es un poco la situación que vivo ahora.

Cierto día tú, cliente, tomador, asegurador, asegurado y conductor principal, vas a informarte sobre un seguro de automóvil a una de las compañías más... ¿prestigiosas? Bueno, diremos conocida, porque según rezan ellos en la publi lo arreglan "todo, todo, todo". Juan Antonio, un agente con pinta de baboso y aspecto cutre y desaliñado, me atiende. Al día siguiente me llama: "Carlitos Sublime, ¿has pensado qué hacer?". Le digo que todavía no, pero que seguramente esa misma tarde podría decirle algo. Hablo con él sobre las 19:00 horas, y le digo que creo que vamos a cerrar la operación. ¿Su respuesta? "¡¡Ole tus huevos, ole tus huevos!!". ¿Os parece lógico? Desde luego, serio no. Ante todo, me gusta guardar las distancias.

Llega el viernes, y por la tarde, sobre las 20:00 horas, recogía el coche. Toda la rapidez jurada por Snoopy de que hacían gala por teléfono, en la vida real se matiza:

-¿La carta de garantía? No, hoy es viernes, no puede ser antes del miércoles o el jueves.
-Juan Antonio, sin carta de garantía no tengo seguro, no puedo circular con el vehículo.

Se me acerca y, en tono confidencial, como si fuéramos los colegas que nunca fuimos ni seremos, me dice: "Bueno, bueno, yo te pediría entonces que durante este fin de semana no cojas demasiado el coche. No vaya a ser que te pille la Guardia Civil". En dos palabras: IM-PRESENTABLE.

Le digo que de eso nada, que yo ilegalidades las precisas, que en cualquier otra compañía te la dan en dos horas y que me diga exactamente qué debo hacer para que me den la puta carta al final de la mañana. Su respuesta, obviamente, no se hizo esperar. Consideró que me tenía pillado. Y siendo las 12:30 del mediodía, en cierto modo era cierto:

-Bueno... para que sea así tienes que pagar todo el año ahora mismo y al contado.
-No tengo 618 euros en la cartera. ¿Aceptáis tarjeta?
-No.
-Pues no entiendo... ¿no sería más fácil domiciliar los pagos por el banco?
-Entonces no te podemos dar la carta de garantía hasta el miércoles.
-¿Y si pago ahora el primer plazo, un trimestre o un semestre?
-No.

Bonita conversación. Mi empresa me presta el dinero de caja (un detalle, la verdad) porque el cajero no da más de 600 euros en un mismo día. Pago y me dan la carta, pero se niegan a proporcionarme un recibo del pago hasta el lunes. Insisto y lo exijo, porque la carta no es válida sin recibo (lo pone en la misma carta), y porque quiero tener las espaldas cubiertas, no vaya a ser que la próxima semana olvide que le pagué. Me pone mala cara, y me lo da: firmado y sellado. Es lo menos...

Había errores por todas partes: que si nací no se sabe cuándo, que si tengo el carné desde que era chico (qué más quisiera yo)... se lo digo, y...:

-Puff, pues eso va a ser motivo de que la póliza tarde en llegar. Tres o cuatro días más. Te pido perdón, porque fue culpa mía.

Me cago en su puta madre de boca hacia adentro, me muerdo los labios y procuro tomármelo con tranquilidad. Al fin y al cabo, la carta tiene veinte días de vigencia.

Llega la póliza, me la sube a la oficina (él y yo trabajamos en el mismo edificio) y, como me pilla en un pico de trabajo, me limito a firmarle el duplicado después de echarle un breve vistazo. Más tarde, con más detenimiento, observo que mi coche, adquirido nuevecito el pasado 7 de octubre, tiene como fecha de matriculación... el 15 de junio. ¡Hijo de puta, otra vez! Y ahora, además, en la póliza.

Llamo el viernes, le dejo nota y hoy me responde:

-Bueno, yo no entiendo que eso vaya a representar algún problema, ni alguna variación en las condiciones de la póliza.
-Verás, Juan Antonio, le respondo. No es un dato real, y prefiero no tener un vacío de cuatro meses en el historial de mi vehículo.
-Bueno, eso... va a haber que enviar papeles a Barcelona, hacer un escrito, pedir un no sé qué, solicitar un no sé cuánto... un lío, pero en fin, si lo quieres, te lo tramito.

Guardo silencio, por no cagarme en sus muertos y/o decirle cuatro cosas bien dichas, empezando porque soy el cliente, y aquí mando yo. Al instante prosigue:

-¿Hay algo más que esté equivocado?
-Entiendo que no, salvo -matizo- el dato correspondiente al número de kilómetros anuales, que ya sabes que no estoy conforme.

Es, según ellos, un dato estadístico que aparece en el documento, y donde figura por defecto que yo, osea el tomador de seguro, hago al año menos de 7.500 kilómetros. Trabajo en Sevilla, y mi casa está a 25 kilómetros de la ciudad. Si tengo que hacer unos 60 diarios, cinco días a la semana... ¿acaso salen 7.499 anuales? Está claro que no. Pero es imposible que te cambien ese dato: que si estadística, que si sólo se toca para viajantes y representantes, que si obviamente la aseguradora no puede meterse en lo que tú hagas con tu coche (¿no es esto contradictorio con lo anterior?), que si es el mismo tipo de dato que, por ejemplo, el color del vehículo... y así las excusas llegan hasta el infinito. Hoy, el agente ha vuelto a recordármelo, aunque yo no dejo pasar la ocasión de mostrar mi conformidad.

Sólo espero que el periodo asegurado transcurra sin incidentes automovilísticos: el año próximo se va a asegurar con esta compañía el guardia de La Campana, como decimos aquí. Sé que todas hacen lo mismo, aunque parto de la base de que en un viaje largo en diligencia hay que cambiar el cachete del culo que va sobre la madera del banco: así, no todos los golpes te los dan en el mismo lado. Manada de hienas...

7 Comentarios:

  • Felicidades con un poco de retraso (soy un impresentable). No sé si será mejor o peor, pero el seguro lo hago hace años a través del automovil club y funciona. Cada año, cuando me va a caducar, les pido que me hagan un comparativo de las diferentes compañías y acabo eligiendo la más barata. No tengo tratos directos con la comañía nunca (ni para dar parte), todo a través del RAC y bastante descansado.

    Por Anonymous Anónimo, a las 10:32 p. m.  

  • Carlitos, felicidades!
    Joder, eres el rey de la blogsfera. Me tienes enganchado...
    No sabes lo que disfruto con todos tus posts, y con los comentarios que dejas en mi blog.
    Sé que el post de hoy no era para reirse, pero yo me he lo he pasado en grande.
    Es que eres bueno, coño!
    Por cierto, me da igual casa rural que monasterio o quedada para suicidio colectivo... que yo me apunto. Jajaja.
    Un fuerte abrazo.

    Por Blogger Darko, a las 11:04 p. m.  

  • He vuelto otra vez, jeje. Me pasa como a Kurdo, que enganchas. ¿Si te digo felicidades otra vez va a ser mucho? Pues ya te lo he dicho. Yo tengo la misma compañía desde hace mucho y no estoy ni contenta ni descontenta, quizá sea vaguería de andar con papeleos y esas cosas para cambiar. El sistema que dice Mint, parece bueno, me lo pensaré, es una forma de pagar menos y casi todas dan lo mismo.

    Por Anonymous Anónimo, a las 11:34 p. m.  

  • Bienvenido, al mundo maravilloso de los seguros, pero no me explico ¿por qué no lo mandaste a tomar viento ? Hay cientos de compañias que al final, te van a dar lo misno tienes caser, mapfre que te recomiendo y no funcinan nada mal, vamos por el estilo y con más seriedad, eso sí . Por cierto, en la poliza de tu seguro aparecera todos los extras que lleva el coche ,no ?
    lo digo, por que si no aparece reflejado que el coche tiene radio, elevas electricoa, aire acondiconado , alerones, airbag y demás después las compañias como regla general dicen cuando tienes un problema que eso no estaba en el contranto como accesorio, te lo dan por no válido te dicen que lo sienten y te cuesta a ti el dinero.
    Y si les pregunta te dicen que no te preocupes que patatin, patatan no hay problema que si algun día pasa algo allí están ellos y una mierda, para el que se lo crea.
    Te dicen simplemente si hubieras pagado diez euros o lo hubieras dicho, esto no hubiera sucedido, en fin que te voy a contar, estaría toda la noche escribiendo, así que reza lo que sepas y que tengas mucha suerte y no tengas que hacer uso del seguro porque sino ya verás que bien.

    Por Anonymous Anónimo, a las 1:07 a. m.  

  • Joder, menudo impresentable. Mira que yo estoy sacandome el carnet (ya tocaba) y no había pensado lo del seguro. Me han entrado unas ganas de mandarle a tomar por culo al primer asegurador que se me cruce, uffffffff.
    Macho, vaya aguante.
    Y lo que cuenta Fontan acojona.
    Casi casi que me lo voy a ir pensando.

    Por Blogger Prometeo, a las 2:35 p. m.  

  • paciencia.. pero si el tipo es aguja cambialo... si hoy no quieres hablar pues dile lo siento no puedo... jajajaj... ya olvidalo, que facil seria mandar a la mierda la vida globalizada.

    cariños

    nev

    Por Anonymous Anónimo, a las 9:58 p. m.  

  • Hola!! :D yo no entiendo casi nada de compañías de seguros..asi ke siento no poder ayudarte, pero me consuela poder decirte, aunke con retraso...FELICIDADES!!.
    A ver si puedo ponerme más al dia en la blogosphera, me estoy perdiendo cosas tan fantásticas como leerte.

    Kiss!!

    Por Blogger The UNLIMITED EDITION, a las 1:54 a. m.  

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