Mol, life and so on

martes, diciembre 11, 2007

Un hombre pobre: él. Un pobre hombre: yo


Fue el viernes, en torno a las dos de la madrugada. Salí con Chema a cenar, y emprendimos camino de vuelta a casa tras tomar una copichuela con Craso. Hacía frío. Bastante frío. Cuando llegamos al coche, él estaba ahí, sentado junto al maletero y con la cabeza apoyada sobre las rodillas. Tenía el pelo sucio, ropa vieja y una manta desgastada que le ayudaba a combatir el relente.

Al principio no lo percibíamos con acierto: "¿Qué es ese bulto?", pregunté. Conforme nos acercábamos, pudimos cerciorarnos de que era un mendigo que no había podido entrar en el albergue, en cuya puerta aparcamos. Es posible que estuviera lleno aquel día. O tal vez llegó tarde y los funcionarios municipales no fueron flexibles. El caso es que, a las tres de la madrugada, hacía lo posible por ganarle el pulso a la humedad, al frío, a la soledad, al silencio...

Le pedimos que se apartara un poco, para evitar darle cuando el coche rodara marcha atrás. No dijo nada: sólo emitió un ligero sonido gutural mientras, dormido, se echaba un palmo a la izquierda. Sentí pena, aunque lo paradójico es que no sólo por él, sino también por mí. Muchas veces, demasiadas (casi siempre, de hecho) tomamos el camino fácil, y ante determinadas situaciones de injusticia social nos comportamos como si fuéramos a bordo de un jeep surcando la sabana keniata: vemos, pero no intervenimos. Los ecosistemas se regulan solos. Nos justificamos pensando que pueden ser peligrosos, que no es nuestra función, que para eso están los políticos, que esta gente hace uso de su libertad, y un largo etcétera. Cuando la realidad, la de ellos para carecer de un techo y la nuestra para pasar de largo, es otra muy distinta.

Yo, el viernes, me preocupé sobre todo de si tendríamos o no una bronca con el mendigo cuando interrumpiéramos su sueño. Y cuando vi que era no sólo inofensivo, sino tremendamente vulnerable, recordé con remordimientos a aquel Carlitos que, hace no mucho, se hubiera quitado su abrigo para arroparlo. Ahora no lo haría: ¿madurez o crueldad? Puede que una mezcla letal de ambas. O una lleva a la otra.

Es curioso: nunca he visto a un político hablando de qué medidas adoptaría su partido para ayudar a esta gente. Aluden a los inmigrantes, porque generan inquietud social, pero las manos tendidas siempre pasan de largo para los sintecho. Tal vez ahora, que llega la navidad, nos volvamos más sensiblones. Sin embargo, a mí me gustaría que los creyentes se dejaran de parafernalias de fe y exigieran a los políticos dosis más altas de justicia social antes de darles el voto. No imagino yo a Rouco ni a Cañizares encabezando una manifestación pidiendo algo tan... ¿lógico? No, ellos mueven sus culos sólo para ir con el Foro de la Familia portando según qué pancartas.

Recuerdo que, en mis tiempos de hombre creyente, me identificaba mucho con aquella frase de Jesús refiriéndose a los niños: "Lo que hagáis por uno de éstos, lo hacéis conmigo". Imagino que se cita al niño no por ser menor de edad, sino como símbolo de lo vulnerable, del ser humano ávido de solidaridad y que necesita a otros para salir adelante. Igual que los pobres.

También recuerdo todos esos cuentos infantiles donde un hada se escondía en la piel de una vieja cerillera que no tenía nada para comer y, si eras bueno con ella, se identificaba y hacía que echaras por la boca oro y piedras preciosas cada vez que hablaras. De lo contrario, serían sapos y culebras.

Ahora que llega la navidad, y que en las iglesias se predica tanto, no estaría de más que desde los púlpitos se invitara a la gente a plantearse, por ejemplo, que ese Dios al que tanto veneran podría ser un mendigo. Hay por ahí una peli cutre de dolor, Dogma, donde al final aparece un dios encarnado en Alanis Morissette que hacía el pino y olía las flores. Todos esperaban rayos y ángeles pero, al final, llegó un individuo (mujer, además) tremendamente sencillo que disfrutaba de las pequeñas cosas que hay en la vida. Así sería el mío.

Pues eso: yo no soy muy creyente, pero estoy seguro de que hallaría a Dios antes en el mendigo del otro día que en el sagrario labrado en plata de una iglesia cualquiera. Habrá que andarse con ojo, pero por convencimiento. No tres semanas al año para purificar la conciencia ni para evitar castigos ultraterrenos que, probablemente, no serían mucho peores que una subida desmesurada del Euribor.

What if God was one of us
Just a slob like one of us

Just a stranger on the bus
Trying to make his way home

Joan Osbourne. One of Us.

18 Comentarios:

  • La verdad es que uno se sonroja cada vez que queda en evidencia ante el espejo cruel de la realidad. Sí, somos egoistas y nunca llegamos ni por los pelos a dar la mitad de lo que recibimos de esta vida que , a los que me leen, tan bien a tratado. Cada uno dice hacer lo que puede, que uno sólo no puede cambiar nada....y ese largo etcétera de retahila autocomplaciente que todos conocemos.Es dificil, pero todos podemos un poco mas de lo que hacemos, así que os convoco a que , cada uno haga hoy algo más de lo que hizo y mañana un poco más que hoy y así, poco a poco, cambiemos algo de algo. UN ABRAZO A TODOS Y: FELICES FIESTAS

    Por Anonymous Anónimo, a las 5:51 p. m.  

  • son dos cosas distinta, la sociedad y la iglesia, bueno, el mendigo y tu y el mendigo y la iglesia, bueno tres la sociedad(politica) y el mendigo, jo que lio
    tú segun tu estada tomaras una decision u otra, quizas te desprendas de tu abrigo para darselo, si, quizas, pero luego te quedarias con, he hecho bien? eso es algo que solo uno puede saberlo, la sociedad, pues lo que dices tu, solo se preocupa por mira que bien vivo, si es cierto, postura egoista y pesima donde las haya, y la iglesia, ejjeje con la iglesia hemos topado, si siempre se ha dedicado como dice del mas pobre, pero yo siempre pense que esa es su funcion no? yo si me hago cura, monje o lo que **** se llame lo que me quiera hacer, ademas de adorar a un "dios" lo hago para entregarme a los demas, y eso si lo hago, es como cuando haces algo, porque quieres, el problema que le veo a la iglesia es que siempre, mas ahora, se encarga de echar en cara todo, y lo siento, pero que tu mano izquierda no se entere lo que hace la derecha o algo asi dice un refran no? pues eso, tu con tu pensamiento ya demuestras quien eres, otros ten por seguro que acturian o pensarian de forma distinta

    Por Anonymous Anónimo, a las 1:30 a. m.  

  • Bueno, la iglesia... Como no se produzca un nuevo protestantismo, un nuevo Lutero y su furia iconoclasta...
    Estoy de acuerdo con lo de los políticos, lo único que hacen es criticarse entre ellos en lugar de resolver los problemas principales.
    Un saludo.

    Por Blogger George Hazard, a las 11:51 a. m.  

  • Me has estremecido. Nos envolvemos a veces tanto en nuestro papel cotidiano que no vemos más allá de lo que tenemos delante. No es tan difícil como algunos creen terminar así.

    En otro orden de cosas no hagas sangre con Dogma, que tampoco es tan horrorosa. Entiendo que puede ser lo peor de Kevin Smith, ya de por sí absolutamente irregular, capaz de lo peor y de lo mejor, pero es que yo a Kevin a pesar de todo lo aprecio y le debo alguna película sublime como Clerks.

    Por Blogger mikgel, a las 6:11 p. m.  

  • Recuerdo que hace muchos años, cuando iba a ensayar un rato con mi grupo adolescente (sí, Carlitos, cuando te parecía un capullo) fueron varias las veces que nos encontramos al mismo mendigo sentado en un portal en la Calle Feria. La cabeza con unos cuantos pelos canosos, despeinados y una larga barba que comenzaba su interminable caída casi en el mismo lugar en el que terminaban sus ojeras. Este señor contemplaba la vida que le había tocado vivir, sin más.
    Varias veces, al pasar por su lado, mi amigo Javi y yo nos sentamos a charlar con él durante un rato, ofreciéndole lo único que teníamos en aquel momento: un poco de conversación, unos minutos de compañía...
    Al poco tiempo dejamos de verlo y nunca más nos lo hemos encontrado en ningún sitio.
    Tu post me ha traído a la memoria esta simple anécdota y además me ha hecho reflexionar sobre nuestro papel en el mantenimiento de esta situación de absoluta desventaja y de auténtica injusticia social.
    Afirmo con total rotundidad que no sirve de nada echar la culpa a los políticos, a los empresarios, a los productores de petróleo y a todo el elenco de poderosos magnates que nos manejan (aunque nos pese). Nuestro papel es importante y debemos asumir la máxima de los ecologistas: PIENSA EN GLOBAL. ACTÚA EN LOCAL.
    La cuestión es que si cada uno de nosotros mejorásemos nuestro pequeño metro cuadrado, por un simple efecto sumatorio, estaríamos contribuyendo a mejorar el mundo.
    Desde mi punto de vista, el Carlitos que le hubiese dado su abrigo al indigente es el que contribuye al cambio social. Con ese simple acto hubiese conseguido mucho más que todos los falsos altruistas que nos rodean y que reciben premios Nobel. Con ese simple gesto hubiese hecho más por el mundo que el impresentable de Al Gore y que los impresentables que le han pagado cifras vertiginosas sacadas de nuestros impuestos.
    Ese Carlitos habría contribuido a la limpieza de mente que hace falta en este mundo...
    Pero, no te preocupes, ese Carlitos sigue ahí, sólo hay que dejarlo salir.

    Besos.

    Por Anonymous Anónimo, a las 8:00 p. m.  

  • Totalmente de acuerdo con Amparo y contigo Carlitos, pero¿que podemos hacer? tan solo desahogarnos aquí contigo y con los demás participes de este maravilloso blog, no tenemos sangre para salir a la calle y decir basta ya¡ a nuestros políticos , a la iglesia y demás estamentos.

    Quizas como comentas será la madurez (resignación) o la crueldad (egoísmo)

    Pero, lo que realmente reconforta a uno,son las acciones personales que efectuamos.
    Para mí eso es, lo que me permite seguir pá lante, en definitiva la conciencia de cada uno y sus acciones correspondientes.

    Obviamente está el pecar de ingenuo, la ignorancia, y el no reconocer las cosas.

    Es más divertido poner la zacandilla, que evitar la caída.

    Besos.

    Por Anonymous Anónimo, a las 12:08 a. m.  

  • Pues por algo parecido me produce cierta sorna el típico comentario: "Es una inmoralidad lo que gana un futbolista de élite". Cierto, pero no menos que yo, por ejemplo, jovenzuelo aburguesado, no destiene ni un céntimo de euro a los más necesitados. Es inmoral que Beckham compre cinco calzoncillos diarios y luego los tire, pero también que yo pague 55 euros mensuales por la televisión digital o 33 por la conexión a internet. Creo que culpamos demasiado a los demás para autocomplacernos y calmar nuestros remordimientos. Saluditos.

    Por Blogger Craso, a las 2:01 p. m.  

  • que buena manera de terminar la entrada, me pusiste a reflexionar.

    Por Blogger Mickey, a las 4:20 a. m.  

  • Toda la razón.. pero la solución no es fácil.. te lo aseguro... no creas jamás (al menos en España) a alguien que te dice que se muere de hambre..

    Por Blogger pijomad, a las 12:36 p. m.  

  • a mi sencillamente me encantas por como escribes y por qué te plantees cosas como estas.
    dicho esto,querido chema:

    3 no son multitud, así que queridos burgueses, habilitar la habitación de invitados.

    atentamente:

    diegosublime

    Por Anonymous Anónimo, a las 2:16 a. m.  

  • a mi sencillamente me encantas por como escribes y porque te plantees cosas como esta.

    Dicho esto,querido chema:
    3 no son multitud, así que queridos burgueses, habilitar la habitación de invitados.

    atentamente:

    diegosublime

    Por Anonymous Anónimo, a las 2:18 a. m.  

  • Sólo a veces, y por un solo instante, solemos ver estas situaciones: cuando hace frío, con el hipócrita espiritu navideño, cuando nos lo encontramos durmiendo en el cajero dónde vamos a sacar dinero,... el resto de los días vivimos en nuestro falso mundo feliz!

    Los servicios sociales para los sin techo existen, pero son sin duda insuficientes!!

    Y luego está el otro lado, real también, de esas personas que eligen voluntariamente ser mendigos y que no quieren ser socializados.

    Complicada la situación...

    besotes ;D

    Por Blogger arda, a las 9:29 a. m.  

  • No es sólo la cruel indiferencia o las excusas inútiles, además estamos tan encerrados y obsesionados con nuestros propios problemas que no vemos que no son nada comparado con lo que sufren muchas personas con las que nos cruzamos. ¿Para que preocuparnos de un desconocido, o incluso de un amigo, con lo que tengo encima? Esto también es egoismo, será que tenemos todos el ombligo precioso y nos gusta mirárnoslo.

    Gracias por ese codazo en nuestras adormecidas conciencias.

    Por Anonymous Anónimo, a las 8:28 p. m.  

  • Ay... parece además que sólo en navidad nos acordamos de estas cosas...
    EN el fondo, carlitos, estas parrafadas también las hacemos para descargar la conciencia. Tras ellas todos nos sentimios reflexivos con el tema y parece que eso ya nos alivia un poco, nos hace creernos más solidarios porque nos vemos que no somos insensibles porque no nos hemos quedado igual al leer esto... Pero a fin de cuentas, el problema no ha variado ni un ápice... En el fondo (y no es un acrítica, Carlitos) estas reflexiones tienen un cierto paralelismo con la actitud que tanto criticas en la Iglesia... Me pongo el primero en la lista. Pero desde hace un tiempo decidí que lo combativo desde la palabra es útil sólo depende del contexto. Y sobre todo la mejor forma de combatir, sigo pensando que es la acción. Las revoluciones, más que palabras fueron siempre provocadas por hechos.
    En fin, eso. Que también me quedo reflexionando con tus palabras, como todos, pero que en el fondo eso y nada (a nivel efectivo) es lo mismo...

    Besos... te veo?

    Por Blogger Vulcano Lover, a las 8:19 a. m.  

  • Pues tiene razón Caronte y Craso y tienes razón tú...
    En el fondo, todo lo hacemos por descargar nuestra conciencia, pero algo es algo. Si algún paso más se da, siempre será después de tener eso, un poco de reflexión.
    Peor es no tener ningún sentimiento al respecto y que la única respuesta a según que escenas sea la indiferencia. O peor aún, el desprecio.

    Y siempre se puede hacer algo más. No hablo de irse de ong a la india, ni de renunciar a las comodidades y caprichos que cada uno tiene en su casa, pero se puede ayudar algunas horas en un centro (de cruz roja, de inmigrantes, de asociaciones de barrio...) o hacerse socio de UNICEF o de MSF...

    Sí, lo hacemos por descargar la conciencia, pero algo ayuda. Y además, ¿desde cuando es malo tener conciencia?

    Un beso, Carlitos

    Por Blogger CRISTINA, a las 8:05 p. m.  

  • No he podido evitarlo el cuento de Dickens me ha venido a la cabeza. Está claro que si realmente queremos cambiar el mundo deberíamos empezar por nosotros mismos, exigirnos a nosotros mismos en lugar de a los demás. Lo que ya no sé, y que quizás es lo que nos pasa a muchos es cómo saber dar ese paso, cómo actuar de la mejor manera, qué hacer...
    Qué triste es la realidad a veces y qué fácil de olvidar cuando es ajena esa realidad... :(.
    Un abrazo

    Por Blogger Adicta al Chocolate, a las 11:55 p. m.  

  • Feliz Navidad.

    Hace unos años dediqué un par de veranos en vivir determinadas experiencias que veía necesarias. Uno de aquellos maravillosos estíos, viví tres semanas en un centro para gente sin hogar. Creo que sería bueno hacer publicidad de él: Centro Padre Damián, Salamanca.

    Por aquellos tiempos, era uno de aquellos activistas radicales cristianos que puedes encontrar entre los chavales de cualquier parroquia. Había algo que me empujaba a impregnarme de la cruda realidad, y aquella experiencia fue muy muy muy enriquecedora.

    Llegué allí observándoles como si fueran bichos raros, gente mala o loca... pero salí de allí entendiendo que cualquiera de nosotros, si se dan las circunstancias, podemos acabar llevando el mismo estilo de vida. Salí viendo su vida desde sus ojos.

    En la casa hubo gente que me marcó muchísimo. Entre la gente sin hogar conocí: asesinos, antiguos drogodependientes, esquizofrénicos, muchos inmigrantes... Conocí hasta una persona que había sido muy respetada en aquella ciudad, a la que la vida le colocó en determinadas circunstancias, que se vio un día con una mano delante y otra detrás y su orgullo le impidió pedir ayuda a su gente empujándole irremediablemente a caritas...

    Toda esta experiencia merece un "post" a parte... no os voy a calentar mucho la cabeza con ella. Carlitos, solo quería decirte que tienes razón, yo también creo que Dios está ahí, con los débiles, y que si los dirigentes de la Iglesia no tienen cojones de liarla en la calle por cosas más justas y empujar a la gente a la calle simplemente por los desfavorecidos, en lugar de coger banderitas de españa y pedir por la obligatoriedad de la enseñanza cristiana... que les den por el behind (como me dijo una vez me madre jeje). Yo soy muy cristiano, y creo que te deben formar en una parroquia, y no en el cole...

    Yo me quedo con las parroquias, con el trabajo que se hace en ellas, con todas las experiencias que se ofrecen a los chavales para crearles una conciencia de otro mundo, de ese "Reino de Dios" que está entre nosotros, aquel que estamos obligados a crear...

    Ahora me he enfriado un poco, la vida me ha ido llevando por un camino extraño, y creo que en determinadas circunstancias no he sabido ser inteligente y rechazar tanto placer mundano que esta sociedad postmoderna nos ofrece constantemente. Un placer en el que crees que obtienes felicidad, pero esta es muy efímera... la felicidad de verdad no te la da echar un polvo, beberse una cerveza, leer un libro, ver una buena peli, oir a Miles Davis o a Iron Maiden... esas cosas vuelan como el tiempo... la felicidad de verdad hay que currársela...

    o no?

    Fin del sermón

    Besitos, y FELIZ NAVIDAD, que el Buen Nacido aporte la luz que le falta a este mundo.

    Por Anonymous Anónimo, a las 11:26 a. m.  

  • Hola Carlitos, una notita breve para desearte mucha felicidad en estas fechas entrañables y para el año entrante. Muakk!

    KiSS!!

    Por Blogger The UNLIMITED EDITION, a las 9:34 p. m.  

Publicar un comentario

<< Inicio