Mol, life and so on

miércoles, octubre 10, 2007

Los otros proscritos


Hoy es un día para reflexionar. Desde 1992, y a propuesta de la OMS, se celebra el Día Mundial de la Salud Mental. A mí, este muestrario de días mundiales, nacionales, autonómicos e internacionales de tal y cual cosa, me parece que está muy bien porque al menos durante una jornada, echamos el freno y volvemos la mirada hacia donde toque: el medio ambiente, la mujer o la diversidad cultural. Algo es algo.

Pero también creo que de ellos se hace un uso muy político. El día de la mujer tiene tanta fuerza que hasta el Gobierno se plantea la conveniencia de convocar elecciones estando éste de por medio. Lo mismo ocurre con el día del trabajo, y cada vez más con el orgullo gay. Sin embargo, hay otros días que pasan de puntillas por el calendario, y el de la salud mental es uno de ellos. ¿Alguien se imaginan a Zapatero portando una pancarta alusiva por la Gran Vía? Me temo que no…

He leído en una web que alrededor de 400 millones de personas en todo el mundo padecen algún tipo de enfermedad o trastorno mental. A ellos habría que añadir los que van a padecerla en un futuro, o los que han sufrido sus consecuencias y, felizmente, han superado la prueba. Sin embargo, las ediciones digitales de los principales diarios (El País, ABC y El Mundo) no dedican a este asunto ni una información en condiciones. Nada. Como si no existiera.

En España, todo lo relacionado con la asistencia psicológica o psiquiátrica a pacientes resulta penoso. Hay muy buenos profesionales, con mucha voluntad… y con muy pocos medios. Una amiga mía tuvo que ir al psiquiatra hace unos meses: la vieron un día, le recetaron pastillas… y vuelva usted dentro de cuatro meses. Antes, imposible. Otra estuvo yendo a una psicóloga de la Seguridad Social: si mal no recuerdo, tenía una cita cada dos meses, mientras que si hubiera hecho una terapia de pago, la frecuencia sería como mínimo semanal.

Esta mañana, una señora se quejaba en la radio de que su hijo, enfermo de esquizofrenia, fue convenientemente asistido sólo cuando agredió a familiares y éstos lo denunciaron. Antes, la madre había pedido su internamiento, y no le hicieron el más mínimo caso. Ella misma recordaba en qué estado tan deplorable se encuentra la unidad de psiquiatría del hospital donde trataban a su hijo.

Yo, que también he sido un enfermo mental a los 21 años, os puedo asegurar que esa apreciación me resultaba tremendamente cercana. Sufrí un trastorno obsesivo compulsivo, y durante unos meses tuve que acudir cada 45 días a que me recetaran pirulas en la unidad de psiquiatría de un hospital sevillano. Siempre que iba, mis sentimientos eran un compuesto de curiosidad y pánico, porque en cada visita había lugar para una sorpresa desagradable.

Allí nos mezclábamos todos, quienes sólo necesitábamos una receta para superar baches, y quienes estaban internados. Siempre me atendía la misma doctora, encantadora, con la que terminaba hablando de política, de viajes o de periodismo. Recuerdo que un día le pregunté si allí sólo había enfermos tan graves como los que yo veía, si quienes íbamos por una caja de Lexatin éramos los únicos tuertos en ese mundo de ciegos. Su respuesta fue tajante: “En absoluto; hay de todo: chicas anoréxicas, personas afectadas por una depresión, gente que ha intentado suicidarse…” . “¿Y dónde están?”, pregunté. “¿Ellos? Escondidos en sus habitaciones. No quieren que la gente les vea mezclados con los enfermos más graves”.

Me dejó de piedra. Entonces aprendí que, aun siendo todos pacientes y enfermos mentales, también había castas entre nosotros: los que llevábamos una vida normal, estudiando o trabajando, e íbamos a por un soporte químico que nos ayudara; los que necesitaban internamiento, pero estaban cuerdos; y, ocupando el puesto de los siervos de la gleba en la estructura social prerrevolucionaria, los enfermos que no eran capaces de percibir el mundo con un mínimo de objetividad.

Aquello sólo duró unos meses, pero me dejó dos enseñanzas muy claras: que todos somos candidatos a ese extraño honor, pues nadie está libre por su cara bonita de una depresión, de una racha insoportable, de una putada vital o de una alteración genética; y que los enfermos mentales, en especial los de carácter severo, merecen un respeto y una consideración que hasta hoy les niegan. Les negamos.

Desde este huequecito del ciberespacio, mi solidaridad y mi más sincero reconocimiento para todos esos enfermos. A ellos, y a quienes dedican su vida laboral o su tiempo libre a lograr para ellos la dignidad que merecen. Gracias, Lola.

20 Comentarios:

  • este pobre mundo es que necesita a voces toneladas de dignidad... la que nos negamso y negamos a otros a diario... Frenar se antoja difícil... ¿seremos capaces de hacerlo, aunque sea un poquito?

    Besos, guapo.

    Por Blogger Vulcano Lover, a las 1:30 p. m.  

  • Es triste que se mida el avance de una sociedad por cuan inflamado esté el PIB, o las cuentas de resultados de los gerifantes de turno. Una sociedad que abandona a sus miembros, ignora sus necesidades y los ningunea no avanza, sino retrocede.
    Ojalá algún día las cosas cambien para mejor y que estos servicios no dependan tanto de heroes que se dejan anónimamente la piel y todos aprendamos.
    Un abrazo y gracias por compartir tu experiencia

    Por Blogger Prometeo, a las 3:36 p. m.  

  • gran entrada... y es que vale una sola chispa a una situación de máxima tensión por la que estés pasando para que todo cambie de golpe...
    besos..

    Por Blogger Unknown, a las 5:35 p. m.  

  • La verdad es que todos tendríamos que tener en mente este día, porque en realidad, en mayor o menor grado todos estamos un poco tocado del ala.

    Y al final con los grandes estereotipos justificamos el asunto y no nos damos cuenta que somos los más ignorantes del mundo.

    Y sí que es cierto, querido Carlos que hay grandes profesionales en este mundo de la psiquíatria tan complejo y dificultoso. Gracias Lola

    Besos.

    Por Anonymous Anónimo, a las 8:28 p. m.  

  • Ante todo: ¡ENHORABUENA CARLITOS! ¡ERES UN VALIENTE! Lo digo porque el tema de la enfermedad mental es un tabú que todos evitamos. Por este motivo, el hecho de incluirte tú dentro del grupo de los enfermos mentales (que todos podemos ser en algún momento)te honra. Una vez más, ENHORABUENA.

    Por otro lado, sabes que me relaciono con este campo y que he vivido situaciones cuando menos incómodas en relación a este asunto y coincido contigo: El problema de la enfermedad mental en el sistema sanitario público está aún sin resolver. Las unidades de psiquiatría de los hospitales son ese "cajon de sastre" al que tú te referías desde tu propia experiencia y, en la inmensa mayoría de las ocasiones, hay que recurrir a consultas privadas en las que parece que la atención es más personalizada, previo pago de una importante cantidad (sobra decir que no importa el dinero si el profesional o la profesional es capaz de solucionar el gravísimo problema que tú le expones).

    Estas palabras eran solo automatismo psíquico: escribir lo que voy pensando sobre la marcha, pero creo que la enfermedad mental es el patito feo de la sanidad pública y está bien que en uno de estos días que pasan desapercibidos nos sumemos a las demandas de tantas familias afectadas... Por favor, señores y señoras de la Administración, si no es mucho pedir, un poco de atención.

    Por Anonymous Anónimo, a las 10:52 p. m.  

  • querido el toc esta a la orden del dia...y por desgracia las ansiedades&co o te las pagas o vas listo con la inseguridad social...

    el otro dia carlitos me di cuenta de una cosa:

    estaba en un hospital xq operaban a un familiar y a las 3 horas me empece a notar lo q viene siendo un ataque de ansiedad en toda regla...y se me ocurrio espetar en voz alta:
    -Alguien tiene un lexatin?

    en menos de un minuto vi que tenia 6 bolsos a mi alrededor cargaditos de chuches de farmacia....

    y es q mi vida estamos locos...por la falta de ilusión

    para el toc el citalopram sienta divinamente q diria aquella.

    pdt:los incultos relacionan siquiatra con locura y para nada nene para nada.

    para

    Por Anonymous Anónimo, a las 11:24 p. m.  

  • mira, no sabia que existiera este dia, es bueno saber.

    Por Blogger Mickey, a las 5:59 a. m.  

  • Carlitos, gracias.
    Gracias por escribir sobre este tema y por hacerlo así, con sentido común, desde una perspectiva realista y con sensibilidad y respeto.
    He vivido enfermedades de este tipo en personas muy cercanas y sé de lo que hablas.
    El penúltimo párrafo de tu post deberíamos aprendérnoslo todos de memoria.
    Lo dicho, gracias.
    Lo dicho, gracias.

    Por Blogger CRISTINA, a las 11:54 a. m.  

  • Niño tienes toda la razón del mundo en lo que dices y en la forma de exponerlo.
    Poco más que decir, sólo que la sanidad funciona mal tanto en cuestión de salud mental como en cuestión de salud física, los mismos problemas falta de personal, unas colas que te cagas e insuficiencia de medios.

    Pero los enfermos mentales merecen todo el respeto, nadie está libres.
    Según una última encuesta el 20% de los españoles padecerán o padecen algún tipo de enfermedad mental.
    Y esas cifras hay que tomarlas en cuenta.
    Un beso!.

    Por Blogger salva, a las 1:19 p. m.  

  • Yo tengo una teoria: las personas que llaman "enfermos mentales" son mucho más lúcidos que los llamados "sanos mentales".

    Creo que ciertas barreras se rompen y que se abren otros mundos. Aunque estoy poco instruida sobre este tema, esto que comento lo pienso desde hace mucho tiempo (y ahora aquí es laprimera vez que lo comento)...

    bsikos

    Por Blogger arda, a las 5:04 p. m.  

  • Felicidades por tu post, haremos camino al andar.

    Por Anonymous Anónimo, a las 7:49 a. m.  

  • He leído el comentario de arda y no puedo por menos que volver a comentar.
    Muchas personas piensan igual. Sé que lo hacen desde la buena voluntad, pero se nota que no han tenido cerca a una persona con una enfermedad psiquiátrica.
    Estos enfermos no son ni más lúcidos ni más visionarios ni nada de nada (el caso de la familia Panero y sus poemas no deja de ser el de unos enfermos que si estuvieran sanos también escribirían de maravilla).
    Muchos de estos enfermos no pueden llevar una vida "normal", no pueden ir a trabajar, ni coger un autobús, ni leer sin desconcentrarse, ni beber una cerveza, ni comer sin vigilancia, no pueden dormir plácidamente, su organismo se resiente y sufren mareos, taquicardias, cefaleas, y cosas más graves, no pueden controlar sus emociones ni su voluntad...
    No es ningún chollo.
    Estos enfermos no necesitan el "bah...todos estamos un poco locos", "lo que hay que hacer es aceptarlos y ya está", "tienen una mente excepcional"... No, nada más lejos de la medicina y la realidad. Lo que necesitan es una buena atención psiquiátrica y respeto por parte de todo el mundo. Lo que necesitan es CURARSE.

    uyyyyyyyyy qué largo y qué tremendo me ha quedado....

    Por Blogger CRISTINA, a las 11:48 a. m.  

  • Se trata de un tema desconocido para la mayoría o, al menos, que se pretende llevar ya no tanto como de manera discreta, sino directamente oculto. Gracias por tu post, porque nos aproxima a ello.

    Por Blogger David, a las 12:15 a. m.  

  • Hoy en día se ofertan 100 plazas para psicologos en la sanidad pública para todo el santo pais, así que puedes imaginarte que lo de atención psicologica esté como está. La verdad, viendo la demanda, soy la primera que no entiende el por qué, pero imagino que hay intereses de tipo económico por el medio, porque eso, y no la necesidad social es lo que mueve a los hospitales, por triste que parezca.

    Me gusta mucho que hayas explicado tu historia, porque suele pensarse que la enfermedad mental es cosa solo de locos, aun hoy en dia.. La pregunta que hicistes seria como preguntar si en un hospital hay solo enfermos de cancer.. Los hay de cancer, y los hay que se han torcido un tobillo, o tienen un resfriado, o tienen que operarse de los juanetes.. En fin, que la enfermedad mental, igual que la fisica, es una cuestión que nos afecta a todos..en mayor o menor medida.

    Por Anonymous Anónimo, a las 2:28 p. m.  

  • Hola... me gustaría hablarle a cristina: he leido atentamente tu comentario y tomo nota de todo lo que dices. Pero no creas que hablo de "chollo", ni de "todos estamos un poco locos..." ni nada en ese tono. Si no que opino que se abren nuevas sendas para ellos, sigo pensado lo mismo. Ciertas cosas están conectadas de distinta forma y creo (siempre desde mi punto de vista y con respeto) que algo les aporta. Sï que he estado cerca de personas con diagnóstico de enfermos mentales, y he visto en ellas ciertos matices que nos faltana los demás por estar "encauzados".
    Por supuesto que no deseo que sufran, si ese es el caso me disculpo por mi ignorancia.
    En fin, estaría bien tomar café un día contigo y podernos extender más,seguro que podemos aprender la una de la otra.

    Un abrazo

    Por Blogger arda, a las 12:20 p. m.  

  • No sabes cuanta razón tienes, en mi familia vivimos de cerca el tema, y como bien dejas entrever, no sólo es duro para el enfermo sino también para los que tiene más cerca. Bastante reconfortante tu texto, besos!!

    Por Anonymous Anónimo, a las 4:31 p. m.  

  • Cualquier enfermedad es dura de llevar. A la enfermedad mental hay que añadirle que, en la mayoría de los casos, la apariencia formal de la persona enferma es idéntica a la de una persona sana. Eso le añade un plus de incomprensión notable. Como dice Cristina, a veces nuestro buenismo no es de gran ayuda. Mea culpa también.

    Por Blogger mint, a las 8:33 a. m.  

  • creo que es bonito que tengamos dias como este,, el de del medio ambienta, de las razas, etc.
    Ojala em verdad lo celebremos con conciencia, y que se le diera la misma importancia a todas...

    Por Blogger Bohemio, a las 4:31 p. m.  

  • Con permiso de Carlitos, sigo comentando (qué pesada soy)
    Arda y Mint, hablamos todos, vosotros por supuesto, y yo también, desde el respeto y la buena voluntad, eso es lo que más importa.
    Saludos

    Por Blogger CRISTINA, a las 8:53 p. m.  

  • ME ENCANTAS

    Por Anonymous Anónimo, a las 11:48 p. m.  

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