Mol, life and so on

miércoles, septiembre 14, 2011

La lógica natural




Finalmente, me atreví. Era la primera vez que daba un paso adelante con tanta fuerza. No éramos simples amigos, para qué engañarse. Aquello no consistía en ir de turismo a las fiestas del municipio aprovechando la hospitalidad de un buen colega. Ni viceversa, tampoco. Murcia no aparecía en mi agenda como un destino prioritario; hacía tiempo que tenía ganas de contemplar la fachada barrocabarroquísima de su pequeña catedral, con bóvedas bajitas de crucería. Sin embargo, esa acogedora y monocromática villa mediterránea pasó por delante de mil y un destinos, convirtiéndose para mí en OVP (Objetivo Viajero Prioritario) con rango de diez sobre diez. Porque hay cosas, las que verdaderamente nos mueven, que no caben en un templo catedralicio.

Despegué. Aterricé. Cogí el bus. Arrastré mi trolley apto para las sensibilidades de la tan sensible Ryanair por calles y plazas murcianas. Tomé un helado, luego otro. Me senté, me levanté. Pregunté si vendían rosas sueltas, pero hacía calor y dudé si aguantarían hasta nuestro encuentro. Seguí caminando, hablamos por teléfono, volví a coger el autobús y llegué a tu pueblo. De nuevo, al intuir tu cercanía –y como aquel día en Sevilla-, todo se coloreó en azul. Me bajé en la parada azul que estaba situada justo delante del mercado azul, donde paré un instante para comprar unos chicles de menta azulada. Seguí caminando, arrastrando la maleta como un fantasma arrastra sus cadenas: aunque en este caso no había condena eterna, sino la ilusión irrefrenable de volver a encontrarme contigo, transcurrido casi un mes.

Sonó el claxon de tu coche. Te vi, me miraste. Por un segundo nos radiografiamos mutuamente. Clavé mis ojos en tus iris, y un no sé qué recorrió mi columna vertebral hasta clavarse en la médula. Sonreímos, nos abrazamos, nos besamos. Ni no fuera porque es imposible superar lo superlativo, diría incluso que estabas más guapo que la última vez. A partir de ese instante, mis labios se adherían a los tuyos; mi pecho pudo sentir el pum, pum de tu corazón, y los dedos de mis manos se alternaban con los tuyos, formando un zigzag de carne y hueso. Mi brazo derecho se enroscaba alrededor de tu cintura, como serpiente que abraza a su presa, y casi no nos separamos durante cuatro días. Por todo ello, en algunos momentos sentí que, como dice en ‘Derroches’ nuestra musicalmente admirada Ana Belén, “para entrar en el cielo no es preciso morir”. Y no lo fue.

Estas jornadas me han servido, indudablemente, para conocerte mejor. Para tomar conciencia de tus virtudes y carencias. Para ver cómo te desenvuelves en tu salsa y observar tus circunstancias in situ. Para recordar lo mucho que me gustan tu cara y tu cuerpo. Para disfrutar de ti y contigo. Para cerciorarme de que un tío hecho a sí mismo, llenito de aspiraciones y que destila nobleza pese a que el viento pueda soplar en contra, vale más por sus sueños que por su realidad, sin desmerecer a ésta. Para descubrir, en definitiva, que tengo ganas de seguir conociéndote, si tú me dejas y quieres :-)

Ver, recordar, disfrutar, descubrir... Ahora que releo lo que escribo, observo que todos estos verbos me acercan a vivencias muy intensas: a la posibilidad de beber, como digo en ocasiones, jugo de vida concentrado. A sacarle el máximo provecho a cada jornada, y creo que en buena medida eso lo hemos hecho juntos. Disfrutar conociéndonos, conocer disfrutándonos, era el objetivo para estos días. De lógica. Hay otra lógica, una evidencia natural que me enseñaron en el cole cuando tenía la edad de Carmen: que el sol sale por Murcia. En efecto. La señorita Felisa ejerció de profeta. Nunca tuve claro por qué decía Murcia, y no Valencia o Alicante, aunque ahora ya lo comprendo. Sale por allí, en torno a las 07:30 de la mañana tras colocarse un polo rojo y un pantalón azul. Y yo he sido un privilegiado que pudo besarlo y desearle un cálido y luminoso día.

3 Comentarios:

  • Seguro que él también se ha sentido afortunado de poderte tener cerca esos días...

    Por Blogger Vulcano Lover, a las 12:33 p. m.  

  • Vaya intensidá titi!

    Cuando hablas de sol y de "azulear" el mundo ya sé que has sonreído mucho y por variadas razones.

    Un beso.

    Por Blogger Argax, a las 2:05 p. m.  

  • Me encanta esta saga azul de los últimos meses, y ver lo bien que te está sentando.

    Por Blogger Blogux, a las 9:51 p. m.  

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