Noche de Reyes: que no falte ilusión
Es curioso: hay cosas que no cambian con el paso del tiempo. Sentimientos, impresiones, vivencias que año tras año se repiten sin que la madurez o la rutina arrasen con ell@s. Algún mecanismo de nuestro cerebro protege a ese rinconcillo indómito de nuestro espíritu como si fuera una reserva natural. Un parque nacional. Algo, en definitiva, que lleva ahí desde siempre, sin que nada ni nadie pueda -ni deba- transformar el espacio que ocupa en no sé qué cosas.
Creo que la Noche de Reyes forma parte de ese entramado. Enero tras enero, con la ilusión de un niño pequeño, me pateo las tiendas pensando en qué le puedo regalar a mi gente. Para mí, que a veces me dejo llevar por el estrés y en otras ocasiones por la falta de tiempo, es importante hacer un alto en el camino y, tomando aire, tener un pequeño detalle con quienes están a mi lado. Menos de lo que merecen, tal vez, pero casi siempre todo lo que puedo ofrecer. Verdad es que me gustaría comprar más y a más gente, pero... hay cosas que de momento los Reyes no pueden conseguir :-(
La cena del día 5 en casa de mis padres es una cita ineludible. Mucha comida típica, algo más creativo... y siempre el roscón, emblema de esta jornada, cuya sorpresa irá a parar -me guste o no- a manos de mi sobrina ;-) El primer intercambio de regalos, con madre, sobrinos y hermana, me recuerda que en mi familia nuclear nos hemos tomado siempre muy en serio las caras de la ilusión. Recuerdo de pequeño aquel disco de Rick Astley (sí, yo también tengo un pasado) o la versión adaptada en Odres Nuevos de Castalia de El Conde Lucanor, que me marcó desde la adolescencia. O ya mayorcito, hará siete u ocho años, esa caja enorme en la mesa del salón: la Historia y Crítica de la literatura española, completa. Una pasta en libros... y una mirada (la mía) húmeda y reverencial. Ahora somos mayores: pagamos hipotecas, préstamos personales y valoramos otro tipo de cosas... pero el deseo de compartir con los míos y de agradarnos mutuamente sigue siendo el mismo.
En torno a medianoche salgo del hogar materno. Me acuesto, sabiendo que por la mañana, antes de que me despierte el ruido de las bicis nuevas, de los juegos de la Wii o de los coches teledirigidos, brotarán como setas algunos paquetes en mi salón. Y la eclosión, siempre tan ilusionante.
Justo cuando abra el último, las fiestas navideñas habrán pasado a la historia, y como dice Chema comenzaremos a tomar conciencia de que la primavera se acerca a pasos agigantados. Es mi particular manzana de Adán, el mordisco que me invita a recordar que las fiestas navideñas han sido un oasis y que yo, en realidad, he estado tan desnudo como siempre... Pero, durante un par de semanas (que pasan volando, además), rebosando ilusión. ¡Ay, los Reyes...! Si a veces me entra la vena paternal y añoro al hijo que no tengo es, en cierto modo, por vivir con él un momento tan tierno, tan mágico...
...Shhhh, os dejo. Estoy escuchando ruido y creo que pueden ser ellos. Así que voy a hacerme el dormido...
8 Comentarios:
Pues a ilusionarse, ahora que recordamos estar cervca de los que nunca nos alejamos, a ilusionarse.
Un abrazo y que te traigan muchas cosas, yo aquí ando, café en mano, con mi nuevo y flamante reloj en la muñeca (a pesar de que no me gustan los relojes, pero es que me lo ha regalado mi hermana, eso es la navidad, darse cuenta de la presencia de los demás, solemos olvidarlo).
Por Argax, a las 9:00 a. m.
ahora, como manda la tradicion, cuentame qué te han traido....
bss
Por Anónimo, a las 12:05 a. m.
Los Reyes vinieron,abrieron sus sacos,dejaron sus regalos,y se fueron.Este año a pesar de la crisis ha habido regalos para todos(y no había más que dar una vuelta por cualquier centro comercial los días previos y ver las bolsas de la gente para saberlo).
Te doy la razón por completo,creo que de los pocos momentos realmente felices que todos podemos recordar cuando eramos críos era la noche de Reyes.No había día que no se fuera uno más contento a la cama,ni mayor ilusión que levantarse todo lo temprano que te dejaban,abrir la puerta del salón y ver los regalos.
Ni aprobar la asignatura esa de la universidad que tenías atascada,conseguir el trabajo que querías,superar el examen de conducir...nada de lo que te pasa cuando eres adulto tiene comparación a la felicidad de saber que tenías el juguete que soñabas,y todo un largo día sin colegio para jugar con él.
Una vez que creces se pierde toda esa magia,y los regalos se vuelven aburridos(uy,otra vez colonia,ah,y que bonita la corbata).La noche de Reyes es para los niños, especialmente los más pequeños(los mayores saben que los Reyes son los padres porque lo vieron en el Google).
Aunque algo de esa ilusión no deberiamos perderla nunca,aunque la dejemos en manos de los que vienen detrás.Hace tiempo pensaba que esa magia la estaba perdiendo,hoy la he vuelto a ver,en los ojos de mi sobrino de 2 años,y su triciclo nuevo de Pocoyó ;)
Besos
Por Anónimo, a las 12:46 a. m.
Acaban de "reirse" de mí en mi blog por todo ésto de la ilusión y los Reyes Magos.
Espero que hayas tenido un montón de regalos y un día feliz.
Besos.
Por CRISTINA, a las 1:34 a. m.
En mi casa nunca hubo mucha tradición de reyes, la verdad, así que mira, como a mí la navidad no me gusta nada, se me terminan antes las tonterías...
Pero también he tenido regalos... Y esa sensación de que, por poco que me gusten, han sido una especie de oasis, y sí, ya se ha terminado...
Suerte vosotros que podéis pensar que la primavera se acerca a pasos agigantados... aquí falta tanto para eso, jajajaja
Por Vulcano Lover, a las 8:00 a. m.
Esa ilusión se pierde, quiera o no quiera, lo único que sustituye a esa perdida, es ver como una criatura de menos de un metro y menos de dos años corre por un pasillo para recoger un juguete que is siquiera sabe, él por qué está hay, pero lo cierto es que te hece ilusión, pensar que cara pondrá tu peque o amigo o compañero, o como cada uno quiera llamarle. Cuando vea su regalo.
Besos Fontán.
Felices Reyes
Por Anónimo, a las 4:33 p. m.
Lamento no coincidir plenamente con Fontán. La ilusión no se pierde... A mi me sigue haciendo ilusión ver regalos cuando me levanto el día de Reyes por la mañana.
Pero, sin duda, tengo que coincidir con la segunda parte de su comentario. Este año me estreno como Rey Mago oficial y la verdad es que es apasionante. Mi niña es todavía demasiado pequeña, pero, aún así he disfrutado mucho los Reyes (en el caso de Fontán ha tenido que ser alucinante).
De verdad que ver la cara de asombro de mi pequeña con 7 meses viendo pasar la Cabalgata no tiene precio.
Besos.
Amparo.
Por Anónimo, a las 12:32 a. m.
Amparo, déjame decirte una vez más que es un regalo tenerte como amigo y que ojalá lo tuyo se pegara. Y sabes el cariño con el que te lo digo...
Yo estoy con Amparo, el día de Reyes siempre será emocionante para mí. Me encanta pensar en los regalos, intentar sorprender y todavía me emociono pensando en qué me va a "caer". Es un día en el que te das cuenta de que la ilusión no se debe perder nunca, de que siempre hay alguien que va a intentar hacerte feliz con un detallito y para quien tu sonrisa es el mejor regalo. Y el día que mi niño tenga capacidad para entender lo mágico que pueden llegar a ser los Reyes volveré a ilusionarme con él y a recordar tantas noches de nervios y de deseos por cumplir.
Un beso para todos, pero muy en especial, para mi gente del blog.
Por Anónimo, a las 7:06 p. m.
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